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EL CÁNCER SILENCIOSO

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El Día Mundial de Cáncer de Ovario, que se conmemora el 8 de mayo, como todos los “días de…” pretende llamar la atención sobre esta enfermedad y sus síntomas y concienciar sobre la detección en estadios más iniciales para mejorar el pronóstico de la enfermedad.

En España, cada año se diagnostican más de 3.000 pacientes con cáncer de ovario. Debido a la falta de síntomas fácilmente identificables que este tumor presenta, ocho de cada diez casos de cáncer de ovario se diagnostican en estadios avanzados de la enfermedad, por lo cual es muy importante la labor informativa de los profesionales sanitarios, ya que la detección temprana es vital.

El cáncer de ovario posee la tasa de mortalidad más alta entre todos los cánceres ginecológicos. En países desarrollados, alrededor del 70% de los cánceres de ovario, como hemos apuntado, se diagnostican en etapas avanzadas y apenas el 20% de las pacientes con cáncer de ovario diagnosticadas en estadios avanzados sobrevive más de 5 años después de la detección, con el tratamiento con cirugía más quimioterapia.

Hasta el momento no hay análisis que permitan la detección temprana del cáncer de ovario, a diferencia de otros tumores como el de mama, colon  o cérvix. Este cáncer silencioso se caracteriza también por la ausencia de síntomas tempranos y si los presenta se suelen confundir con otras dolencias menores y no se les da importancia. El aumento del tamaño abdominal o la hinchazón persistente, dificultad para comer y sensación de saciedad muy rápidamente, dolor abdominal o pélvico o la necesidad de orinar con mayor urgencia o con mayor frecuencia, son algunos de esos síntomas.image

Por ello, si existe una sospecha de cáncer de ovario, es necesaria una acción conjunta de un equipo multidisciplinar, donde las acciones de ginecólogos, patólogos, radiólogos y oncólogos médicos, estén  coordinadas y bien integradas. Aun así, se estima que solo el 30% de las mujeres con cáncer de ovario son tratadas en este tipo de centros, incluso en países como estados Unidos, donde la especialización en oncología ginecológica cuenta con una larga tradición.

En los últimos años se han producido algunas mejoras en cuanto a fármacos, como los llamados antiangiogénicos, que han demostrado aportar mejoras relevantes en los resultados de supervivencia en grupos seleccionados de pacientes. Sin embargo, una de las revoluciones más significativas en este tumor ha venido de la mano de la investigación y del conocimiento de sus características moleculares. Hasta en el 15% de los casos el cáncer de ovario tiene su origen en mutaciones genéticas que se heredan de padres a hijos, es decir, hay una historia familiar detrás, algún pariente cercano tanto materno como paterno (madre, hermana, abuela, tía, etc.)  ha tenido cáncer de mama antes de los 50 años o cáncer de ovario a cualquier edad.

La detección de una mutación heredada debe llevar asociadas una serie de medidas que permitan diagnosticar tumores de forma precoz o incluso prevenirlos. Para ello es necesario someterse a un test genético. En EEUU este tipo de test tienen mucho recorrido, pero en España se conocen desde hace relativamente poco tiempo.  La actriz Angelina Jolie se sometió a una doble masectomía preventiva, al tener un 87% de posibilidades de padecer esta enfermedad y un 50% de padecer cáncer de ovario, tras realizar un test genético.

En definitiva, todavía nos queda mucho por hacer y por invertir en salud y esperamos que este día sirva para tomar conciencia de ello y reforzar la idea de la detección temprana de esta enfermedad.

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Anortografofilia: ¿Te excitan las faltas de ortografía?

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Los sapiosexuales son aquellos que sólo se sienten atraídos hacia personas que consideran inteligentes y cultivadas, por ejemplo, basándose en su buena ortografía. Pero hay más opciones en torno a los sentimientos que la escritura puede estimular.

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Tener una mala ortografía puede convertirse en una herramienta de seducción. Es lo que se conoce como anortografofilia, el placer o estimulación sexual por la mala ortografía. Sigue leyendo

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¿Y si nos echamos unas risas?

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Pues sí, hoy es el día perfecto para reírnos: El Día Mundial de la RisaTodos los años el primer domingo del mes de mayo se celebra este día tan simpático. ¿Y por qué? Porque el Dr. Madan Kataria  creó en 1998 un movimiento mundial para conseguir la paz  mundial a través del Yoga de la Risa. Con ello pretende crear una conciencia global de hermandad y amistad.

El primer encuentro de este movimiento de la risa tuvo lugar en Bombay, en 1998  y a él asistieron más de 12 mil miembros de clubes de la risa que se unieron en una mega sesión de la risa. En la actualidad, hay miles de clubs de la risa en más de 100 países.

En el año 2000 se reunieron en la Plaza del Ayuntamiento de Copenhague, Dinamarca. Un encuentro con el mayor número de personas hasta el momento para reír y por lo que entró en el libro Guinness de los récords. Sigue leyendo

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Querido marido: necesito más ayuda.

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Así comienza la carta que Celeste Erlach escribió a su esposo para que se “pusiera las pilas”. La misiva lleva circulando por las redes desde el pasado 18 de marzo, después de ser difundida por el grupo de Facebook: Breastfeeding Mama Talk(conversaciones de madres que dan el pecho).

igualdadCeleste, estadounidense de 35 años, experta en marketing y con un blog sobre crianza y maternidad(Celeste Erlach – The Ultimate Mom Challenge) , se queja de que su marido no hace nada mientras que ella apenas duerme 5 horas, es la que cocina, limpia y cuida a los niños. Escribió esta carta porque algo hizo click en su cabeza la última vez que le pidió a su marido que cuidara del bebé para que pudiera descansar. Él lo hizo, sí, pero aún no habían pasado 20 minutos y le dejó al bebé llorando en la cuna.

Celeste concluye la carta enumerando las tareas diarias para las que necesita a su marido, para que la acompañe porque son también sus tareas y no suponen un gran esfuerzo si se comparten. Sin embargo, aunque la carta parece una llamada a la igualdad, Erlach utiliza muchas veces la palabra “ayuda”. Nosotras no necesitamos ayuda para cuidar de nuestros hijos ni para tener la casa en condiciones. Ellos tampoco la necesitan. No se trata de ayudar, si no de compartir. No podemos asumir que las labores del hogar y los niños son cosa de ellas, no es ayuda lo que necesitamos, es igualdad.

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Según cuenta Celeste, después de hacer pública su carta han sido muchas las mujeres que se han puesto en contacto con ella porque se sentían identificadas con su “problema”.  Ella explica que nunca le entregó esa carta a su marido, sino que habló con él para poder cambiar la rutina y mejorar su convivencia. Se decidió a publicarla porque la llamada de atención a su pareja  surtió efecto y ahora su situación en el hogar ha mejorado. Con sus letras quiere ser inspiración para otras mujeres que necesitan cambiar antes de que sea demasiado tarde.

Pues mujeres del mundo, tal vez haya que empezárselo a ver y tomar las riendas del asunto. En muchos casos esto sucede porque tenemos asimilado un rol desde la cuna y ya va siendo hora de que lo cambiemos y, sobre todo, eduquemos en el cambio.

Ahí os dejamos la carta. ¿Qué os parece,querid@s?

Querido marido,

Necesito. Más. Ayuda.

Anoche fue difícil para ti. Te pedí que vigilaras al bebé para que me pudiera ir pronto a la cama. El bebé estaba llorando. En realidad, estaba quejándose. Le podía escuchar desde la planta de arriba. Se me hizo un nudo en el estómago solo de escucharle, pensando si debía bajar y aliviarle o cerrar la puerta para conseguir las horas de sueño que necesitaba desesperadamente. Elegí lo segundo.

Tú entraste en la habitación 20 minutos después, con el bebé aún llorando frenéticamente. Pusiste al bebé en la cuna y, con cuidado, empujaste la cuna más cerca de mi lado de la cama, un claro gesto de que habías terminado de vigilarle.

Quise gritarte. Quise empezar una pelea épica en ese mismo momento. Llevaba vigilando al bebé y al niño todo el maldito día. Lo mínimo que podías hacer era cuidarle un par de horas por la tarde para que intentase dormir. Solo unas pocas horas de valioso sueño. ¿Es tanto pedir?

Sé que los dos hemos visto a nuestros padres seguir los roles clásicos de madre y padre cuando crecimos. Nuestras madres eran las principales cuidadoras y nuestros padres estaban relativamente liberados. Eran padres excelentes, pero no se esperaba que pasaran tiempo cambiando pañales, alimentando y cuidando a los niños. Nuestras madres eran las supermujeres que mantenían la dinámica de la familia. Cocinando, limpiando y criando a los niños. Cualquier ayuda del padre era bienvenida, pero inesperada.

Veo que estamos cayendo en esta dinámica familiar cada día más. Mi responsabilidad de alimentar a la familia, mantener la casa limpia y cuidar a los niños se da por hecha, incluso cuando llego de trabajar. Me culpo de la mayoría. He sentado el precedente de que puedo hacerlo y la verdad es que quiero hacerlo. No te ofendas, pero no estoy segura de que quiera saber qué pinta tendría una semana de cenas hechas por ti.

También veo a mis amigas y otras madres haciéndolo, y haciéndolo muy bien.  Sé que tú también lo ves. Si ellas lo consiguen y nuestras madres también, ¿por qué yo no?

No lo sé.

Quizá nuestros amigos están actuando en público y en realidad se pelean. Quizá nuestras madres sufrieron durante años en silencio y ahora, 30 años después, simplemente no recuerdan lo duro que era. O quizás, y esto es algo por lo que me reprendo a mí misma todos los días, no estoy cualificada para este trabajo como las demás. Y por mucho que me rebaje solo pensarlo, voy a decirlo: necesito más ayuda.

Un parte de mí siente que pedirlo es un fracaso. Lo que quiero decir es que sí ayudas. Eres un padre impresionante y haces un trabajo genial con los niños. Y, además, esto me debería salir solo, ¿verdad? Instinto maternal, ¿no? Pero soy un humano, estoy funcionando con cinco horas de sueño y estoy cansadísima. Te necesito.

Por las mañanas, necesito que prepares al mayor para que yo cuide del bebé, prepare comida para todos y tome una taza de café. Y no, preparar al mayor no significa colocarle delante de la televisión. Significa asegurarse de use el orinal, de que se tome el desayuno, comprobar si quiere agua y preparar su mochila para el colegio.

Por la noche, necesito una hora para despresurizar en la cama sabiendo que el mayor está dormido en su habitación y tú estás cuidando al bebé. Sé que es difícil escuchar al bebé llorando. Créeme, lo sé. Pero si yo puedo vigilar y tranquilizar al bebé la mayor parte del día, tú puedes hacer una o dos horas por la noche. Por favor. Te necesito.

Los fines de semana necesito más descansos, momentos en los que puedas salir de casa por mi cuenta y sentirme como un individuo. Aunque solo sea un paseo por el barrio o ir a hacer la compra. Y algunos días, cuando he organizado clases de natación y quedadas para que los niños jueguen y parece que tengo todo bajo control, necesito que me eches una mano. O proponerme que yo me tumbe mientras ellos se echan la siesta. O empezar a limpiar los platos sin que te lo tenga que pedir. Te necesito.

Últimamente, necesito escuchar que agradeces todo lo que hago. Quiero saber que te das cuenta de que la colada está hecha y una cena deliciosa ha sido preparada. Quiero saber que valoras que dé el pecho a todas horas y que la extraiga mediante bombeo mientras trabajo, cuando sería más fácil para mí darles leche artificial. Espero que te des cuenta de que nunca te pido que te quedes en casa cuando tienes algún partido. Como madre, está asumido que debo estar en casa a todas horas y siempre disponible para cuidar a los niños mientras estás fuera. Y sé que alimento esa idea estando, bueno, pues en casa.

Sé que no es como lo hicieron nuestros padres y odio pedirlo. Ojalá pudiera hacerlo todo y que parezca que no me cuesta ningún esfuerzo. Y ojalá no necesitase reconocimiento por hacer cosas que la mayoría de las personas piensan que debe hacer una madre. Pero estoy mostrando una bandera blanca y admitiendo que soy humana. Te estoy contando cuanto te necesito y si sigo a este ritmo me voy a romper. Y eso te haría daño a ti, a los niños y a nuestra familia.

Porque, afrontémoslo, tú también me necesitas.

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SOLOS EN CASA

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Comienzan las vacaciones de Semana Santa. La mayoría de los niños están entusiasmados con la idea de no madrugar para ir a clase, poder jugar todo el día… Y los padres rompiéndose la cabeza para conciliar la vida laboral con este periodo vacacional. ¿Dónde dejamos a nuestros hijos? Abuelos, ludotecas y campamentos son los recursos habituales. Sin embargo, al margen de estas soluciones hay miles de menores que las pasarán solos en casa.  Lo alertan diversas ONG y numerosos expertos: no hay recursos y soporte institucional suficiente para atender a estas familias. Sigue leyendo

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