La Asamblea Mundial de la Salud instituyó el Día Mundial sin Tabaco en 1987 para llamar la atención mundial hacia la epidemia de tabaquismo y sus efectos letales. Por eso, cada año, el 31 de mayo, la OMS y asociados de todo el mundo celebran este día para advertir sobre los riesgos para la salud asociados al consumo de tabaco y promover políticas eficaces para reducir su consumo.
El tabaquismo es considerado ya una epidemia a nivel mundial que cada año mata a casi seis millones de personas, de las cuales más de 600.000 son fumadores pasivos, es decir, mueren por respirar humo ajeno. A menos que actuemos, la epidemia matará a más de 8 millones de personas cada año hacia 2030. Además, en este día la OMS pretende proteger y concienciar a las generaciones presentes y futuras no solo de esas consecuencias devastadoras para la salud, sino también de los problemas sociales, ambientales y económicos que se derivan del consumo de tabaco y la exposición al humo que desprende.
En esta ocasión la OMS ha decidido que el Día Mundial del tabaco se centre en el empaquetado neutro. Se trata de una importante medida de reducción de la demanda que disminuye también el atractivo de los productos de tabaco, restringe el uso de los paquetes de tabaco como soportes para publicitar y promover el tabaco, limita el empaquetado y etiquetado engañosos y aumenta la eficacia de las advertencias sanitarias.
Uno de sus propósitos es restringir o prohibir el uso de logotipos, colores, imágenes de marca o información promocional sobre el envase, excepto los nombres de la marca y del producto, que se han de presentar en un color y tipo de fuente estándar. En el año 2012, Australia se convirtió en el primer país que aplicó plenamente el empaquetado neutro. Lo que se intenta desde la OMS es que cada vez sean más los países que se unan al empaquetado neutro para hacer menos atractivo el consumo de tabaco.
Desde luego que el tabaco daña la salud tanto propia como ajena. Debemos procurar que, sobre todo, las generaciones futuras no accedan a su consumo, concienciar a nuestros descendientes de que es algo perjudicial, y para ello es primordial dar ejemplo: decir no al tabaco.
Para un fumador es muy difícil abandonar el hábito, aunque no es imposible. En la actualidad existen muchas fórmulas, bien con medicamentos, psicológicas o incluso quirúrgicas (acupuntura, por ejemplo). Si estás pensando en dejarlo pide ayuda, habla con tu médico, cuéntaselo a las personas que te rodean y la lucha será más fácil.
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