Los sapiosexuales son aquellos que sólo se sienten atraídos hacia personas que consideran inteligentes y cultivadas, por ejemplo, basándose en su buena ortografía. Pero hay más opciones en torno a los sentimientos que la escritura puede estimular.
Tener una mala ortografía puede convertirse en una herramienta de seducción. Es lo que se conoce como anortografofilia, el placer o estimulación sexual por la mala ortografía. Este término, relativamente nuevo que no aparece en el diccionario de la RAE, figura en el glosario de parafilias del libro “Perversiones” de la Editorial Traspiés, en su colección Vagamundos, que junto al libro “Pervertidos”, llevan por subtítulo “Breve catálogo de parafilias ilustradas”.Otras parafilias reflejadas en esos libros como: la agorafilia (atracción por realizar el acto sexual en lugares públicos); la biandria (relación sexual entre una mujer y dos hombres); la crematistofilia (el estímulo consiste en pagar por sexo o sufrir un robo por parte de la pareja); la quinunolagnia (la excitación solo se produce al exponerse a situaciones de peligro); el retifismo (fetiche por los zapatos) o la extraña filofilia (excitación con la filosofía), fueron utilizadas por Paco León en la película “Kiki, el amor no se hace”.
En el sexting,que consiste en enviar mensajes explícitos de contenido erótico o sexual desde un dispositivo móvil, el hecho de que la persona con la que se está chateando comience a cometer faltas de ortografía, se entiende como una pérdida de control debido a la excitación. Sin embargo, la excitación por las personas con mala ortografía no es solo enviarse mensajes sexuales mal escritos.Aunque resulte sorprendente, la mala escritura se puede asociar con desenfado, soltura, locuacidad, seguridad, autoestima… Parece ser que las personas que se sienten atraídas por las que tienen mala ortografía, lo asimilan a que éstas están relajadas, que son entretenidas o incluso pueden tener la connotación de rebeldes.
Muchos de los que nos dedicamos al mundo de las letras, somos conscientes de las fobias hacia la mala ortografía, pero pocos habíamos escuchado hablar de una filia asociada a los errores ortográficos. Somos capaces de jugar con el lenguaje y la ortografía en clave de humor e introducir juegos de palabras y errores a conciencia, para reírnos y hacer reír… ¡Pues cuidado! Podemos estar excitando a alguien sin saberlo.