La primavera es, entre otras cosas, la estación de los colores. Y como parece que el tiempo mejora es hora de sacar nuestros trapos y nuestra mejor actitud para disfrutar de un festín lleno de alegría y esplendor cada día.
Al menos eso me propongo precisamente hoy que cumplo 38 primaveras, sí 38. Me hago mayor y me encanta. Me gusta la serenidad de la experiencia, las primeras arrugas, las lágrimas y risas sentidas, afrontar el miedo, superar dificultades, perder la paciencia, seguir aprendiendo desde la pasión y ser tita porque mi sobrina Brisa y mi sobrino Pablo Ángel me están cambiando la vida. En definitiva… vivir, no hay más.
Pero volviendo al tema de los colores y de los trapos (me encanta la palabra trapo), que nos hacen estar más guapos, me gustaría rendir homenaje a los profesionales de la moda. Porque es una profesión fascinante que se tacha de frívola a veces, pero que para mí es arte. Y sólo hay que observar en la calle el contraste que nos ofrece la moda y que no forma parte de nuestra vida. Sigue leyendo