Mucho ruido

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Uno de los motivos por los que echo de menos vivir en mi pueblo Palmones es por el ruido insoportable que hay en las ciudades. Cada vez aguanto menos el tráfico, el bullicio de la gente en la calle, el estrés, etcétera y cada vez necesito más la tranquilidad a mi alrededor y si lo que escucho es el sonido de las olas del mar mejor que mejor. Será que me estoy haciendo mayor, que es lo que le digo a mi madre cuando se preocupa por mí porque sabe que apenas salgo de mi casa.

Y es que la contaminación acústica se ha convertido en un problema silencioso que cada vez nos hace más daño a las personas hasta el punto de atormentarnos nuestra vida diaria. Según varios artículos especializados en este tema, la contaminación acústica es el exceso de sonido o ruido que altera las condiciones normales y la vida diaria de las personas en una determinada zona como pueden ser las ciudades, afectando la salud física y psíquica de los ciudadanos.

Una de cada tres personas de Occidente asegura sufrir durante el día problemas de salud ligados al ruido, mientras que uno de cada cinco dice tener dificultades para conciliar el sueño a causa del tráfico, lo que eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares e hipertensión, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además el ruido produce dificultades para conciliar el sueño. El sueño es una actividad que ocupa un tercio de nuestras vidas y nos permite descansar, ordenar y proyectar nuestro consciente. Según varios informes en los que se basa Wikipedia, se ha demostrado que hay sonidos que reducen la profundidad del sueño. Y esto es algo que podemos comprobar muchas personas que vivimos en grandes ciudades.

También nuestra memoria se resiente al ruido y está comprobado que las personas que no están sometidos al ruido tienen un nivel más alto de rendimiento en sus trabajos y el quehacer diario. El ruido provoca que la articulación en una tarea sea más lenta, especialmente cuando se tratan palabras desconocidas o de mayor longitud, es decir, en condiciones de ruido, el individuo se desgasta psicológicamente para mantener su nivel de rendimiento. Los niños también sufren mucho la contaminación acústica puesto que repercute negativamente sobre su aprendizaje. Cuando los pequeños son educados en ambientes ruidosos, éstos pierden su capacidad de atender señales acústicas, sufren perturbaciones en su capacidad de escuchar, así como un retraso en el aprendizaje de la lectura y la comunicación verbal. Todos estos factores favorecen el aislamiento del niño, haciéndolo poco sociable, según varios psicólogos.

En definitiva que vivir en un pueblo es mucho mejor para la salud que vivir en una ciudad. Por esto sería interesante que los gobiernos potenciaran más la vida laboral en los municipios medianos y pequeños para que así las personas tengan más posibilidades de decidir donde quieren vivir. Ya que hay pueblos de España completamente vacíos por falta de trabajo y más ahora que no hay trabajo en ningún lado. Aunque algunos ciudadanos están repoblando ciertas localidades con el fin de crear empleo.

Todo esto me lleva a la conclusión de que efectivamente las ciudades te pueden ofrecer alternativas e infraestructuras que no tiene una población pequeña, pero en las ciudades también existe la soledad y es más dura que en los pueblos donde todos nos conocemos y nos ayudamos. Es decir que además de tener peor calidad de vida a veces se está más solo que la una. Porque nadie conoce a nadie. Es la deshumanización de la ciudad.

Y es que ya lo decía Joaquín Sabina en su canción ‘Ruido’. Mucho, mucho ruido… Tanto, tanto ruido… Tanto, tanto ruido y al final…

La soledad.

Ana VAna Vallecillo

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