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Siempre hablamos del tamaño del pene, de si influye o no a la hora de mantener relaciones sexuales, pero poco o nada se dice sobre el tamaño de la vagina. Existen muchas ideas equivocadas al respecto, una de ellas es que su tamaño varía tanto como el del pene y que las hay grandes y pequeñas. Sin embargo, esto no es así y sus medidas son bastante estándar.
La vagina es un órgano que mide entre 7 y 10 centímetros de longitud y 3 de ancho. Una de sus cualidades es su elasticidad, piensa que cuando tenemos el periodo nos ponemos un tampón que no se cae y que, por otra parte, la vagina se ensancha durante el parto permitiendo salir al bebé. Además, el tamaño medio de la vagina oscila entre 6 y 8 centímetros sin excitación, mientras que si la mujer está estimulada sexualmente, las medidas aumentan de 10 a 11´5.
La vagina es una cavidad virtual, con paredes muy elásticas y con mucha capacidad para distenderse durante la excitación y el orgasmo. Sin embargo, como hemos apuntado en entradas anteriores, el disfrute sexual depende más de una actitud psicológica, de las expectativas creadas, de las habilidades ante el sexo, de una técnica cuidada, así como del estado general de la relación de pareja. De hecho, el orgasmo en la mujer no depende tanto de la penetración como de una buena estimulación del clítoris y el punto G.
La vagina se adapta al tamaño del pene, por lo tanto tampoco importa cuánto largo o ancho sea el miembro viril. Si sientes dolor al ser penetrada, probablemente se deba a una mala estimulación sexual, tensión en los músculos perineales, poca lubricación o a problemas de vaginismo(los músculos de la vagina se cierran involuntariamente impidiendo la penetración o haciéndola dolorosa). En ningún caso se debe al tamaño de la vagina. Por ello es fundamental la firmeza y que los músculos estén suficientemente tonificados, ya que así la pared vaginal estimulará más al pene y, al mismo tiempo, la mujer sentirá más la penetración. Ya sabéis que para conseguir tener una vagina firme y elástica lo mejor son los ejercicios de Kegel, las bolas chinas y, por supuesto, practicar sexo.
La fisioterapia del suelo pélvico es una práctica que ayuda a tonificar la pared vaginal mediante una serie de técnicas que incluyen ejercicios para fortalecer los músculos, fisioterapia, electroestimulación, o dilatadores vaginales. Después de los partos la vagina se recupera de modo natural y con facilidad, pero puede suceder que tras un parto complicado sea necesaria la fisioterapia del suelo pélvico.
También es cierto que con el paso de los años la vagina puede cambiar, sobre todo, en lo que se refiere a su elasticidad y lubricación. Por ello, unos músculos pélvicos en condiciones son fundamentales para favorecer la lubricación genital.
Cuando la fisioterapia no funciona todavía queda otra opción. Se trata de la vaginoplastia o cirugía de rejuvenecimiento vaginal. Una operación que consiste en abrir la vagina posterior y reducir los músculos elevadores y transversales del perineo y las fascias. La mayoría de las mujeres que se someten a esta intervención tienen entre 45 y 50 años, son activas sexualmente y no quieren renunciar a ello. Suelen ser mujeres que tras varios partos presentan una vagina ensanchada y, a pesar de haber intentado solucionarlo con la fisioterapia no han obtenido los resultados deseados.
El famoso Informe Hite en el que se descubrió que alrededor de 70% de mujeres sólo alcanzan el orgasmo por medio del clítoris, deja clara constancia de que el sexo es mucho más que penetración.
En definitiva, que el tamaño sí importa, pero en el caso del sexo está claro que otros son los factores a tener en cuenta tanto por ellos como por nosotras.
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