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La falta de comunicación en una pareja, los tabúes que siguen escondidos en lo profundo de las mentes de algunas personas, acomodarse en una relación, el hastío, la monotonía… son algunas de las causas de las rupturas, o no. Hay parejas que continúan juntas a pesar de esos factores, son parejas que se aburren.
Precisamente la rutina, el aburrimiento, la pereza provocan la falta de ganas de sexo. No es una cuestión de deseo, sino de ponerle ganas y echarle imaginación, de volverse loco y dejarse llevar.
El sexo es tan importante como dormir o comer. Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. Podemos saltarnos el punto de reproducirnos pero no sin practicarlo.
Es cierto que se puede vivir sin sexo, pero se vive mejor si tienes una sexualidad placentera. Además el sexo es ejercicio físico, muy recomendado para tener una vida saludable.
Hay que dejar al margen los tabúes, la vergüenza y soltarse. Nadie nace enseñado en el sexo. Y es una “disciplina” que nos permite experimentar continuamente. En un principio puedes improvisar, dejarte llevar, sin embargo, es importante aprender por el camino, consultar en libros de sexología, con amig@s, con expertos en la materia (y me refiero a profesionales), o en una revista digital como www.quechic.es (esto último es autopublicidad).
Vivir una sexualidad plena y saludable tiene mucho que ver con el concepto que tenemos de nosotros mismos. Por ello incidimos en dejar a un lado prejuicios y vergüenza. Deja de pensar en si estás demasiado gorda, o flaca, si tienes mucho o poco pecho, si te has depilado o no… Para disfrutar del sexo tienes que empezar a pensar que eres lo más. Imprimir en ti toda la seguridad del mundo, pisar fuerte, gustarte, quererte. Disfrutar más del sexo empieza por gustarse una misma.
Esto nos lleva a que disfrutar del sexo continúa por disfrutar de una misma. Explora tu sexualidad en solitario, mastúrbate. La masturbación es una fuente de autoconocimiento y de respeto por uno mismo. Solo así te conocerás bien, sabrás lo que te gusta y como te gusta y serás capaz de transmitírselo a tu pareja.
Pero el sexo no es solo cuerpo, también es mente y la mente, al igual que el cuerpo, se entrena. Todo en la vida empieza y acaba en nuestra cabeza, el sexo no es una excepción. Debes pensar en el sexo, no solo practicarlo. Debes alimentar tus fantasías para disfrutar de una sexualidad propia y placentera.
El sexo no es solo la penetración. La penetración tiene un componente altamente erótico, pero no es el principio y fin de una relación sexual, sino una técnica más dentro de ella. Ten en cuenta que el 70% de las mujeres no tienen orgasmos a través de la penetración, sino a través del clítoris.
La comunicación es algo esencial. Si sabes lo que te gusta y lo que no, es imprescindible que se lo hagas saber a tu pareja. Si no eres capaz de hacerlo en una conversación distendida, susurrándole algo que te gustaría experimentar cuando estéis en un momento íntimo, conduce sus manos con las tuyas hacia el lugar en el que sabes que te hará llegar al firmamento. Enséñale a mover sus dedos con delicadeza o con más brusquedad según sea el momento y te venga bien a ti.
Los juguetes sexuales son un buen aliado en el sexo. Usar un aceite de masajes, un preservativo de sabores, un vibrador, unas esposas o lencería con la que te sientas atractiva… El factor sorpresa en el sexo ayuda mucho a la hora de excitarse, así que no te cortes y sorpréndelo.
Y no olvides que además de placentero el sexo tiene que ser divertido. Al fin y al cabo es un juego. Se trata de compartir, disfrutar, relajarse, dejar a un lado el estrés y los problemas de la vida cotidiana y…
¡A disfrutar querid@s!
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