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El abuso emocional es un patrón reiterativo de la ofensa verbal, las amenazas, la intimidación y la crítica constante, así como tácticas más sutiles como la humillación y la manipulación. Se utiliza para controlar y subyugar a la otra persona y, en la mayoría de los casos, se produce porque el abusador tiene traumas de la infancia e inseguridades que no ha superado. El abuso emocional puede ocurrir en cualquier relación, con la pareja, entre padres e hijos, con las amistades, en el trabajo o el centro de estudios…
Los abusadores masculinos y femeninos tienden a tener altos índices de trastornos de la personalidad, incluyendo el trastorno límite de la personalidad, trastorno de personalidad narcisista y el trastorno de personalidad antisocial.
No hay nada más perjudicial para tu confianza y autoestima que estar en una relación emocionalmente abusiva.Los efectos del abuso emocional a largo plazo pueden causar un trauma emocional grave en la víctima, incluyendo la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático.
Hay diversos signos que indican que mantienes una relación de abuso emocional. El más llamativo es cuando padeces humillaciones constantes o se burlan de ti delante de otras personas; si sientes que te degradan regularmente o hacen caso omiso de tus opiniones, ideas o necesidades; si tratan de controlarte todo el tiempo como si fueras un niño; si menosprecian y empequeñecen tus logros, tus esperanzas y sueños; cuando tratan constantemente de hacerte sentir como si siempre tuvieran la razón, y tú estuvieras equivocado; si todo el tiempo señalan tus defectos o errores; si te culpan frecuentemente de sus problemas, dificultades en la vida, o infelicidad; si ves la intención del otro de asustar o controlar bajo amenazas sutiles; si utilizan el sarcasmo para bajarte de nivel o hacer que te sientas mal contigo mismo; y si te acusan de ser “demasiado sensible” para que “tragues” con las actitudes abusivas…
Si padeces cualquiera de estos signos de abuso emocional en tu relación, debes actuar para recuperar las riendas de tu vida. Sé honesto contigo mismo, rompe con el abuso reconociéndolo, y busca ayuda para ponerle fin. No puedes permitir que continúe, debes reconstruir tu autoestima. El estrés del abuso emocional se transforma en enfermedad, trauma emocional,depresión o ansiedad intensa. No tienes que enfermar por culpa de nadie.
Aunque los comportamientos aprendidos y sentimientos de derecho y el privilegio son muy difíciles de cambiar, el abusador también puede corregir su conducta siguiendo ciertas pautas y acudiendo a terapias concretas. Es un proceso lento, pero necesario si quiere recuperarse. Los cambios que un abusador (hombre o mujer) tiene que hacer para iniciar la recuperación pasan, en primer lugar, por admitir lo que ha hecho, aceptar la responsabilidad de sus actos. Hay que identificar las actitudes que impulsan su abuso y los patrones de control de la conducta que utilizan.
El abusador debe olvidarse de poner excusas y culpar a los demás de su actitud. No pueden seguir jugando a convertirse en la víctima y tratar de desviar la culpa hacia el otro, en lugar de asumir la responsabilidad personal. Es necesario que desarrolle comportamientos respetuosos, amables y de apoyo, cambiando la forma en que responde a la ira y quejas del otro. En definitiva, cambiar la forma en que actúa en cualquier conflicto y, sobre todo, aceptar las consecuencias de sus acciones.
Nadie en el mundo es menos que nadie. No permitamos el abuso.
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