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La ausencia de orgasmo en las relaciones sexuales, hace que algunas parejas las consideren incompletas. No tener un orgasmo no significa no haber disfrutado con el sexo. El deseo en la mujer anorgásmica existe. Siempre hay una fase de excitación normal en la que siente placer, lo que ocurre es que no se manifiesta la fase del clímax y, como consecuencia, no alcanza el orgasmo ni con la penetración vaginal, ni mediante la estimulación del clítoris.
La anorgasmia o ausencia del orgasmo femenino no debe de confundirse con la frigidez. Una mujer frígida es a su vez anorgásmica, sin embargo, no todas las mujeres anorgásmicas son necesariamente frígidas, simplemente no tienen un orgasmo pero disfrutan del sexo y sienten deseo.
Existen dos tipos de anorgasmia: la primaria, en aquellas mujeres que nunca han experimentado un orgasmo, ni por penetración vaginal, ni mediante masturbación (ya sea con la mano o haciendo uso de algún juguete); y la secundaria, aquellas que sí han experimentado el placer de un orgasmo en algún momento de su vida sexual, a través de la masturbación o la estimulación directa del clítoris y lo han dejado de experimentar.
Existe también la anorgasmia total cuando la afectada no tiene orgasmos, ni vaginales ni clitorianos y la parcial, que se refiere a aquellos casos en los que llega al orgasmo únicamente por penetración o estimulación clitoriana. Asimismo se habla de una anorgasmia situacional cuando se logra el orgasmo solo con determinadas parejas, en circunstancias específicas.
Según las estadísticas, el 10% de las mujeres sufren anorgasmia y una de cada tres mujeres reconoce haber padecido este problema en algún momento de su vida.
Las causas principales de la anorgasmia son de origen psicológico en un 95% de los casos aunque hay otras de origen orgánico que pueden provocar la falta de orgasmos como periodos de embarazo y posparto, menopausia, enfermedades de tipo hormonal (diabetes, hipotiroidismo), ingesta de medicamentos, drogas o alcohol, enfermedades o traumatismos en la región corporal situada entre la vagina y el ano…
Entre las de tipo psicológico muchas proceden del pasado, de la educación recibida acerca de la sexualidad (basada en la represión y el miedo) que provocan sentimientos de vergüenza, culpa, fobia, o de algún hecho traumatizante (acoso, abuso sexual, violación). Otra de las causas está relacionada con la imagen que nos venden a nuestro alrededor en anuncios publicitarios, revistas, pasarelas…Parece que la mujer tiene que ser perfecta y, en realidad, ninguna lo es. Esto lleva a que muchas mujeres sientan inseguridad, tengan falta de autoestima y de confianza porque no les gusta su cuerpo. Influyen también los problemas de ansiedad, los laborales o familiares y el estrés.
Entre las causas que pueden provocar anorgasmia están además la rutina sexual, la estimulación inadecuada, la falta de deseo, relaciones dolorosas (vaginismo) debido a una musculatura pélvica y perivaginal débil (no nos cansamos de recomendar los Ejercicios de Kegel), la falta de comunicación con la pareja, el temor al abandono, el miedo a perder el control de la situación…
Lo principal cuando hablamos de trastornos relacionados con la vida sexual es informarse ya que todo tiene una posible solución. En el caso de la anorgasmia cada caso es diferente y lo primero que hay que hacer es detectar por qué se produce. Lo mejor es acudir a un especialista. Si se debe a causas orgánicas, acude a tu ginecólogo; si son de orden psicológico, relacionadas con tu comportamiento o si es un problema de pareja, consulta con un sexoterapeuta o un psicoterapeuta. Además, como pareja os vendrá bien mejorar la comunicación entre ambos, salir de la rutina y experimentar.
Eso es, en definitiva, el sexo, una experiencia constante.
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