El Mindfulness es una filosofía basada en  la capacidad de estar presente en lo que está ocurriendo en tu vida en este momento. Para ello debemos tener consciencia del instante, del ahora.

Esto se puede conseguir a través de una serie de ejercicios de meditación, más allá de la fe, para entrenar una mente sana y bella.

En una sociedad que vive a un ritmo acelerado, en la que hay un auge en los casos de enfermedades mentales y en el déficit de atención, las prácticas como el Mindfulness nos ayudan a vivir mejor y a mejorar nuestras relaciones interpersonales.

Una de las claves para conseguirlo es reducir la multitarea, tratar de no ir de una cosa a otra, de dejar algo sin terminar para comenzar una nueva tarea, algo muy propio de la sociedad actual. Debes dedicar un tiempo a relajarte y observarte plenamente atendiendo a tus  necesidades.

Controlar la respiración es la base de todos los ejercicios del Mindfulness. La respiración es un indicador de cómo se está viviendo un momento determinado. Cuando conectamos con nuestra respiración, estamos más presentes. Las técnicas de respiración que se usan en el Yoga pueden ser muy útiles para aprender a conectar cuerpo y mente.

Con el Mindfulness conseguirás combatir el estrés, el dolor físico y las emociones negativas… El pensamiento positivo es uno de los puntos débiles de la sociedad, debemos escuchar más a nuestra voz optimista de la cabeza y que le gane el pulso a la pesimista.

Soñar despierto, fantasear con imposibles que quizá se conviertan en realidad, te ayudará a evadirte y relajar tu mente. La imaginación es una gran aliada en nuestras vidas.

Intenta ser feliz, llénate de positividad, de optimismo, de buen humor. Cuando no eres feliz tienes más probabilidades de enfermar.

Uno de los ejercicios más eficaces de Mindfulness para equilibrar tu organismo es regalarte una sonrisa. Mantener ese gesto en tu rostro y, cuando las circunstancias no lo permitan, también sirve una sonrisa interior.

Dedica unos minutos al día a meditar, no del modo que lo hacen otras prácticas como el Yoga, el Budismo, etc. La meditación del Mindfulness consiste en centrarte en los pequeños detalles del día. En esas cosas que haces por rutina como comer, lavarte los dientes, hacer la compra…

El agua es fuente de vida. Hay que beber entre un litro y medio y tres de agua al día. Además prueba a terminar tu ducha con agua fría, aunque solo sea por las extremidades (activará la circulación y la mente).

La alimentación forma parte del Mindfulness. Aliméntate conscientemente. No es bueno comer en cinco minutos, como si fuera un trámite, debes tomarte tu tiempo, como mínimo 20 minutos. Mastica despacio, saborea, sé consciente de cada bocado.  Come alimentos sanos como verduras, pescado y mucha fruta.

Por último, realiza ejercicio a diario. No hace falta que le dediques demasiado tiempo, pero el que estás hazlo de forma consciente. Busca el más adecuado para ti, puede ser correr, practicar Pilates, Yoga, bicicleta, o simplemente caminar una hora al día. No es necesario forzar tu cuerpo más allá de sus límites.

Así que, ya sabéis querid@s, sed conscientes de cada instante y disfrutad del regalo que significa vivir.

Carmen Blue