LA SIESTA, ESE GRAN INVENTO

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¿A cuántos de vosotros os entra esa modorrilla después de comer que os incita a cerrar los ojos y evadiros del mundo durante un ratillo? Es que el mejor deporte español es la siesta, sin duda. Además es el único al que no le cambiamos el nombre (ya sabéis, correr-runnig). ¿O acaso a alguien se le ocurrió decir que practica el siesting? Uy! Ya lo he dicho yo.

La siesta es ese sueñecito que según los expertos  no debe durar más de 30 minutos, porque de extenderla más terminaríamos en el sueño profundo.  Seguro que en alguna ocasión echaste una siesta y te sentiste peor cuando te despertaste. Pues probablemente eso se deba a que estás durmiendo por encima de tus posibilidades, o sea,  demasiado tiempo, y llegaste a una etapa del sueño de la que es muy difícil salir.

Dormir la siesta es como un reinicio rápido o impulso para el cerebro, puede darte una rápida ráfaga de claridad mental. Según los expertos, sentir el sueño de la tarde es normal aunque hayas dormido bien durante la noche, comieras algo ligero o seas una persona muy activa.  En realidad venimos así de fábrica, es nuestro modo de funcionar: cada 24 horas, tenemos dos períodos de intensa somnolencia. Uno de ellos es típicamente en las primeras horas de la noche (de  2 a 4 a.m.), y el otro es de alrededor de 10 horas más tarde, (de 13:00 a 15:00pm). Le sucede a todo el mundo; estamos fisiológicamente programados para la siesta.

Lo ideal para practicar el “siesting” es hacerlo en un lugar oscuro, confortable,  donde puedas tumbarte o sentarte cómodamente, aunque se tarda aproximadamente el 50% más en dormir sentado, pero de ese modo  evitas caer en ese sueño profundo. La música de fondo, la televisión puesta con el volumen al mínimo, un ventilador, el sonido del agua…todo lo que sea ruido blanco ayuda a conciliar el sueño (y una buena  manta si hace frío).

No se recomienda echar la  siesta demasiado cerca de la hora de acostarse, porque puede que no seas capaz de conciliar el sueño después.

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Un estudio que evaluó los efectos de recuperación de siestas cortas y ultra cortas, concluyó que dormir la siesta durante 5-10 minutos puede crear una mayor sensación de alerta y aumento de la capacidad cognitiva que si no la echas. Para una recarga rápida, como hemos apuntado, lo mejor es la siesta entre  5  y 20 minutos. Y si lo que quieres es un sueño más profundo y rejuvenecedor, lo tuyo es la siesta durante 60 – 90 minutos.

Ese “invento” tan nuestro cada vez está ganando más reconocimiento. La ciencia apoya esta antigua costumbre mediterránea. Como ejemplo, en 2006, un comunicado de la Universidad de Manchester  reconocía que los españoles podrían estar en lo cierto. Una siesta después de un buen almuerzo es beneficiosa,  como recogía una investigación publicada en «Neuron». En esa investigación  ya  apuntaba que las neuronas que nos mantienen despiertos se “desconectan” después de la comida. El aumento del azúcar en sangre que se produce después del almuerzo evita que un tipo concreto de neuronas envíen las señales que nos mantienen despiertos. Se trata de las neuronas que producen orexina, una pequeña proteína que regula las regiones cerebrales responsables de los estados de sueño y vigilia.

La Universidad de Higashi-Hiroshima, en Japón, también realizó un estudio sobre el porqué nos entra ese sopor después de comer, donde se descubrió que la siesta tiene efectos beneficiosos sobre el rendimiento en diversas tareas en particular. Otro estudio realizado por científicos del Departamento de Psicología de la Universidad de Michigan, en los Estados Unidos, detectó que dormir la siesta mejora los estados emocionales.  Según la Fundación Nacional del Sueño de los Estados Unidos, la percepción de la siesta está cambiando, en base a las pruebas científicas de sus beneficios para la salud.

En algunos países  como los Estados Unidos o Japón, las empresas ya ofrecen espacios especiales para que los empleados duerman la siesta de 20 minutos. En España deberíamos tomar ejemplo, que para eso es nuestro deporte de cabecera (con permiso del fútbol, eso sí).

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