‘La reina de la casa’

Si te gusta comparte...Share on Facebook0Tweet about this on TwitterEmail to someone

La administradora de esta revista ha levantado la tapa de los truenos al pretender sonrojar a los machos por el simple hecho de serlos, aireando supuestas manías que compartimos los hombres en general y, supongo, que alguno en particular. ¿Cómo es posible quese atreva a protestar por supuestas imperfecciones que solo son accidentes que demuestran nuestra presencia y nuestra delicada consideración con ellas? Hay que ser muy atrevida para culpar a los machos de algunas ligerezas cuando es la mujer, a la que cariñosamente titulamos ‘La reina de la casa‘ quien más manías exponen y que tenemos que padecer las parejas.

A ver es fácil criticar que se nos pueda escapar alguna gotilla de lo que ella ligeramente llama nuestra manguera cuando las mujeres no tienen ese problema. ¿Saben ellas lo que cuesta mantener la puntería afinada durante una micción larga? Claro que no. Eso no es una manía y producto más bien del cansancio, que nos hace temblar las manos, o de la sorpresa cuando, sin avisar, nos invaden nuestro espacio íntimo para decirnos que hay que sacar al perro. De mania, por lo tanto, nada.

Anda que la reina de la casa se queja de que tengamos preferencias cinematográficas cuando nos sentamos frente a la tele y, encima, que seamos tan considerados de asumir la responsabilidad de coger el mando para buscar nuestro programa favorito. ¿No es el cine cultura?¿No hay que verlo todo?¿Acaso las pelis chinas no transmitan la cultural oriental? Se quejan de vicio estas mujeres y nos dicen que es una manía apostar por la cultura.
Y siguiendo con este largo rosario de barbaridades nos culpan de la, digamos, protección maternal que suponía que ellas siempre estuvieran prestas a atender a sus hijos y que cuando llega el cambio y te ‘enfrenta’ a tu pareja, ésta, se niegue a recoger los calcetines o los calzoncillos o lo que sea. ¡Qué falta de generosidad! En vez de intentar cubrir el doloroso hueco de la pérdida de la convivencia materna nos culpan de una serie de distracciones que se van corrigiendo, qué le vamos a hacer, con el tiempo. ¿Pero es eso una manía?
Y para colmo, la última. Dice nuestra administradora que los hombres no vemos nada en casa y que eso es una manía. Por favor. los machos lo único que queremos es que se sientan importantes, por lo que nos hacemos los distraídos para que ellas ponga la voz en solfa, de pitiminí, y nos digan atildadas «pero si lo tienes delante chato», mientras bizquean tontitas o hacen un movimiento con los ojos estilo marujita, para luego sonreírnos y poner rostro de circunstancia. ¿eso es una manía? Qué poco nos conocen estas mujeres.

intrusa espejo

Cuando faltan argumentos para reconocer lo bien que se nos da ser los elementos equilibrados del domicilio aprovechan las nenas cualquier circunstancia para darnos el palo. Porque digo yo, es manía que queramos tener el coche limpio, si lo tuviéramos de otra manera, qué nos dirían. ¿Es manía que tomemos las precauciones debidas cuando notamos que podemos ponernos malitos? ¿Nos asustamos? Ni mucho menos, pero sabemos todos, o casi todos, lo importante que es para la casa que el cabeza de familia se mantenga en 36 o en 36,5 por lo menos

Pero para que no queden cojas esta serie de aclaraciones, no tengo más remedio, porque me visto por los pies, de desvelar las verdaderas manías que hay que soportar en las casas y que tienen como únicas protagonistas a las mujeres.

¿Son las mujeres maniáticas? Lo son y nosotros, a los que se nos acusa de débiles, sus víctimas.
Es muy largo el rosario de manías con la que las mujeres nos aturden y cabrean cada día. La primera de ella es la manía de la impuntualidad. «En un minuto estoy lista», «véte cogiendo el coche», «un repasito y nos vamos». Mujeres que se entregan sin pudor a sus adornos sin importarles no llegar puntual a las citas.
Y qué me dicen de las mujeres que acuden a la voz de niña para representar ternura. Hacen extrañas inflexiones de voz cada vez que quieren salirse con las suyas. Una manía infantil, sin lugar a dudas, que es muy común en el género femenino.
Hay tantas manías que sumar. Como salir de compras. Mientras los hombres empleamos nuestra destreza para hacer las tareas de compra en el menor tiempo posible las mujeres puedan pasarse horas con la boca abierta delante de una estantería repleta de ropas. Se las pueden probar todas y no llevarse ni una. ¡Qué vergüenza!
Las mujeres tienen la manía de hablar demasiado o de maquillarse en exceso o de acompañar a la amiga o viceversa cuando acuden al water. Manías y manías, hasta el infinito. ¿No les resulta raro que a la administradora de esta revista le sea complicado descubrir tamañas debilidades entre las de su sexo?

El macho cabríoEl macho cabrio

Si te gusta comparte...Share on Facebook0Tweet about this on TwitterEmail to someone

2 pensamientos en “‘La reina de la casa’

  1. Mario

    Mi más sincera enhorabuena a nuestro Macho Cabrío, pensaba dirigirme a nuestra querida Administradora para rebatir las distintas manías que se nos han etiquetado, pero nadie ha sabido explicarse con tanto argumento cómo en éste artículo.
    Gracias por defendernos muy inteligentemente.

    Responder
    1. admin

      Querido Mario, gracias, me encanta que nos escribas. Esta administradora no ataca, refleja la verdad verdadera. Cuando llegues a casa y tengas el mando de la tv en tu poder, espero que te acuerdes de Qué Chic y este artículo y te heches unas risas a nuestra salud, de eso se trata, de reirnos un poquillo.

      Responder

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *