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En otras publicaciones de Qué Chic! ya hemos denunciado las desigualdades que existen entre mujeres y hombres en algunas facetas de la vida, bien sea a nivel profesional, salarial, educativo, etc. Pero, sin duda, las que más nos preocupan son las diferencias en cuanto al trato. Es indiscutible que en algunos países del mundo las mujeres lo pasan especialmente mal. Esto en pleno S.XXI sigue siendo una asignatura pendiente para la humanidad.
En casi todos los países del mundo las mujeres ganan menos que los hombres. En Europa existe una notable diferencia entre el nivel ocupacional masculino y femenino y los salarios de las trabajadoras son sensiblemente inferiores a los que perciben los hombres. En Francia, por poner un ejemplo, el salario de las féminas es un 27% menos y en Inglaterra la diferencia es de un 15%. Sin embargo, hay países como en Irán en el que la diferencia es escandalosa, un 75% menos.En España tampoco estamos equiparados en cuanto a salarios. Una mujer en nuestro país tendría que trabajar 84 días más al año para ganar lo mismo que un hombre. Nuestro salario supone el 77,5% del de ellos o lo que es lo mismo, que el salario masculino equivale al 130% del salario femenino, según un informe de CCOO basado en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En determinados países las diferencias no son solamente salariales, sino que las mujeres “por una cuestión cultural” están obligadas a casarse siendo niñas, tienen que enfrentarse a situaciones que para nuestra cultura son impensables, además de sufrir todo tipo de vejaciones. En Yemen, por ejemplo, muchas niñas son obligadas a casarse antes de cumplir 18 años y hasta un 14% antes de cumplir 15. En Irán necesitan de la aprobación de un apoderado para casarse y salir del país, además de que el acceso a la vida política está vetado para ellas (las candidatas a la presidencia fueron descalificadas en las últimas elecciones).
El ranking de los 10 peores países para nacer mujer, en donde las oportunidades económicas, educacionales, así como la representación política y el acceso a la salud son mucho más bajos para las mujeres, es el siguiente, según un estudio del World Economic Forum 2014, basado en información relativa a cuatro áreas: participación económica y oportunidades; nivel educacional; salud y supervivencia, y poder político. Destacamos las diferencias más notables en cada uno de los países:
-Marruecos: ingresos salariales más bajos, y analfabetismo en mujeres son los datos más relevantes con una diferencia del 76% entre hombres y mujeres. El porcentaje de mujeres en el parlamento es de un 17%.
-Jordania: las mujeres tienen escasa participación en los puestos gubernamentales, solo un 12%, a pesar del papel tan representativo que tiene su reina, Rania.
-Líbano: las leyes religiosas rigen las cuestiones del estatus personal de las mujeres como el matrimonio y el divorcio. Uno de los principales problemas allí es el elevado índice de violencia doméstica.
-Costa de Marfil: En este país tan solo el 56% de las niñas asisten a la escuela primaria, una de las tasas más bajas del mundo.
-Irán: Poseen la participación femenina más pobre en la vida política del país, como ya apuntamos anteriormente, además de la obligación de pedir permiso para casarse o abandonar el país.
-Malí: En este país la expectativa de vida de las mujeres es menor que la de los hombres. En Malí se espera que las mujeres tengan salud hasta apenas los 48 años.
-Siria: Solo el 12% de las posiciones parlamentarias y el 9% de todas las posiciones ministeriales son ocupadas por mujeres.
-Chad: Solo el 28% de las mujeres en Chad pueden leer y tan solo el 55% de las niñas asisten a la escuela primaria, dos de los índices más bajos del mundo.
-Pakistán: Uno de los países con mayores diferencias entre las oportunidades laborales para hombres y mujeres.
-Yemen: En Yemen el matrimonio de niñas es un grave problema, como ya comentamos muchas niñas son obligadas a casarse incluso con menos de 15 años. Además solo la mitad de las mujeres saben leer, frente a un 83% de los hombres.
A pesar de existir numerosos organismos hoy en día que intentan hacer desparecer estas desigualdades de género, es una lucha complicada debido a la diversidad de países con su propia política, además de la influencia que tiene la cultura en determinadas zonas geográficas. Aun así no podemos bajar los brazos y debemos continuar trabajando para construir un mundo más justo en el que mujeres y hombres compartan las mismas obligaciones pero también los mismos derechos.
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