ISLANDIA, paraíso de igualdad

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Islandia es oficialmente el mejor país del mundo para ser mujer. Así lo afirmaba The Economist que colocaba este territorio en el puesto número uno de los países en los que las mujeres tienen mayor  igualdad en el terreno laboral. Sus numerosas luchas feministas han convertido la isla en un paradigma de igualdad y respeto.

The Economist tomaba como referencia estadísticas sobre educación superior, salarios, derechos maternales y paternales y el costo de los cuidados infantiles. Pero, ¿cómo ha llegado la isla a conseguir este estatus? Principalmente porque las mujeres han hecho que así sea a través de largos años de luchas feministas y numerosas movilizaciones.

reykjavik

Históricamente, las mujeres islandesas han llevado adelante la economía del hogar cuando sus maridos se embarcaban en largos viajes a través de los océanos. Ellas eran amas de casa, constructoras, agricultoras y cazadoras. Por ello se piensa que la mujer islandesa tiene una independencia y una autoconfianza innatas. Pero no  fue hasta el año 1975, cuando comenzaron las protestas femeninas para obtener un salario igualitario y representación política, cuando se vio el verdadero carácter de la mujer de Islandia. El 24 de octubre de ese año, 25.000 mujeres islandesas, convocadas por el grupo Medias Rojas, salieron a las calles de Reikiavik para protestar por sus derechos.  El 90% de las mujeres hicieron huelga profesional y doméstica. La mayoría de las mujeres no acudieron al trabajo, no cocinaron ni limpiaron en casa y no llevaron a los niños al colegio. Esto les sirvió para demostrar que eran una parte importante de la sociedad y que sin ellas nada funcionaba.

Solo cinco años más tarde, Vigdis Finnbogadottir era elegida presidente de Islandia, la primera presidenta elegida democráticamente en el planeta. Además, surgió un partido político exclusivamente femenino, Alianza de Mujeres.  En 1975 solo había 9 mujeres en el parlamento, a finales de los noventa un tercio de las parlamentarias eran mujeres. Ellas  representan el 43% en el Parlamento y el 40% en los gobiernos municipales.

Ya en el año 2000 entra en vigor el permiso de  paternidad. En Islandia los padres tienen una baja de la misma duración que las madres. Se reparte así: tres meses intransferibles de baja para el padre, además de los tres meses para la madre y otros tres a repartir entre ambos.

En las últimas décadas del siglo XX se consolidaron, por tanto,  las políticas paritarias que han contribuido a mejorar la situación de las mujeres en el país. Casi la mitad de los consejeros de las sociedades son mujeres; también lo son el 41% de los parlamentarios y el 65% de los estudiantes universitarios. En 19 colegios el empoderamiento femenino se ha convertido en una asignatura obligatoria.

El Gobierno liderado en el 2009 por Jóhanna Sigurdardóttir,  dirigió un gabinete paritario  aprobando un sinfín de leyes feministas: la ley contra el maltrato, que  obliga al agresor o agresora a abandonar el domicilio, en lugar de trasladar a la víctima a un refugio; otra ley obliga a las empresas con más de 50 empleados a tener al menos un 40% de uno de los dos sexos en sus consejos de administración…

Sin embargo, la brecha salarial islandesa se sigue situando en un 14%.  Por ello, las mujeres islandesas no descansan en su lucha para la igualdad y volvieron a salir a la calle el 25 de octubre del año 2016, coincidiendo con el 41 aniversario de la huelga del 75,  contra la brecha y la violencia sexual.

¿Tomamos ejemplo en nuestro país y salimos todas y todos el 8 de marzo?

carmen-blue11-e1401998995764Carmen Blue

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