LA MAGIA DE LA NAVIDAD

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LUCINDAGSiempre por estas fechas se siente algo de nostalgia mezclada con ilusión. Tal vez se deba a que es la forma en la que identificamos los lazos familiares. La Navidad significa felicidad, ilusión, familia y hogar, pero, a la vez, también nos trae sentimientos de pérdida por aquellos que ya no están junto a nosotros, o que se irán pronto, ya sea por edad o por enfermedad. Es curioso el sentimiento de querer ser mejores personas que se apodera de nosotros, de querer arreglar esos problemillas o disgustos que hemos causado, o que nos han causado, y que nos hacen sufrir. Pero también es el sentimiento intensificado de amar a aquellos a quienes profesamos amor, de demostrárselo como mejor podamos, con abrazos y besos lo más efusivos, con regalos los más tímidos o comedidos.

A estos sentimientos, emociones o como queramos llamar los identificamos como: ESPÍRITU NAVIDEÑO.

Y es que es por estas fechas cuando verdaderamente le damos valor a lo que realmente importa, a lo que nos hace felices, a aquello que le da sentido a nuestra existencia, y eso señores, no es algo que se pueda comprar con dinero. Es algo intangible, inmedible, incomprensible. Pero es algo que todos necesitamos sentir.

¿No es acaso en estas fechas donde la bondad se apodera de todos nosotros y nos empuja a querer ser mejores personas? Seguramente todos, sin excepción, hemos ayudado a alguien, donado algo, limado asperezas con alguien a quien no pensábamos volver a dirigir la palabra, y podría seguir con un innumerable etcétera de cosas, de hechos, que hemos realizado empujados por la Navidad, por el sentimiento que nos embarga en esta época del año. Es como si en esta festividad tuviésemos chance para poder actuar de la mejor forma que puede hacerlo el ser humano, de forma altruista, con desprendimiento, con amor.

Sí, amor, suena ridículo pero no lo es, en absoluto.

A nadie le gusta vivir sin sentir que alguien lo ama, que lo quiere o lo necesita. Es esa necesidad que tiene el ser humano de unirse a otra persona para sentirse completo, es esa dependencia que tienen los hijos de los padres, los padres de los hijos, los hermanos entre sí, los amigos de verdad; es esa necesidad la que nos empuja a ser mejores, a perdonar lo que en otros meses del año consideramos imperdonable, a excusar lo que creemos inexcusable, a dejarnos invadir por los buenos sentimientos, a soñar con que todo puede ser mejor, a disfrutar de nuestras familias.

Si alguien me pide hoy que defina la Navidad o el espíritu navideño, podría entrar en google y copiar aquí la explicación que más me guste de las que seguramente encontraría, sería lo más fácil, lo menos complicado; sin embargo, me gusta pensar que el 25 de diciembre de cada año es una fecha mágica, donde lo impensable puede ocurrir, donde los sentimientos se apoderan del ser humano dejando de lado la razón o la conveniencia, donde todos podemos ser como verdaderamente queremos ser: mejores personas. Y es por eso que les deseo de todo corazón que sean felices, que tengan una FELIZ NAVIDAD.

LUCINDAGLucinda Gray

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