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¿Quién sabe cuál es el tipo de culo perfecto? Hay tantos culos como cabezas en el mundo e incluso yo diría que son dos zonas del cuerpo que algunos la tienen intercambiada (mucho cara-culo suelto, vamos). Lo cierto es que cabeza y trasero tienen más cosas en común de las que creemos: ambas tienen ojos, por ejemplo, y se pueden besar (una de un modo más oscuro que la otra, pero es que también hay bocas y bocas, que a veces es mejor lamer un culo).
Bueno, pero no me quiero desviar del tema. La cuestión es abordar los tipos de culo. Vale sí, la primera clasificación es masculinos y femeninos. Con los masculinos acabamos rápido: o redondos o planos. La variedad está, como siempre, en las mujeres. Nuestra parte de atrás ha sido objeto de miradas y discusiones desde tiempos remotos, ya en la Prehistoria nuestra curvatura era un indicador de fertilidad o capacidad para soportar embarazos, pero no la curvatura del trasero, sino la de la espalda. Claro que eso degeneró y ahora parece que por detrás solo tenemos culo.
La mayoría de los hombres al escuchar la palabra culo no pueden evitar que venga a su mente la imagen de famosos traseros: Jennifer López, Beyoncé… ¿Por qué será? Pues quizá ese sea el tipo de culo que consideran perfecto. Y es que realmente el culo perfecto tiene que ser el que llama la atención por un detalle… ¿mínimo? O tal vez sea aquel en el que desde atrás se pueda ver el hueco que queda entre las piernas que, por cierto, se llama corazón. O a lo mejor es aquel que tiene forma de manzana…
Una cosa que me resulta muy curiosa, lo de ponerle nombre de frutas a las formas de los culos: manzana, pera, fresa, sandía, melón (este último puede dar lugar a confusiones, sobre todo si dices que “te duele el melón”, que tanto vale para la cabeza o el culo, prueba de que son intercambiables, como decíamos al principio).
También hay culos respingones, que suena muy cariñoso, así que este tipo debe ser de los que molan, pero ojo, si es respingón hacia abajo ya no es tan perfecto, es más bien un culo flan o natilla, según la cantidad de nalga contenida en él.
Otro grupo de culos son los que se denominan haciendo alusión a diferentes formas geométricas, por eso estos los controlan más los de Ingeniería que los Nutricionistas, que son más de los de las frutas y postres. Hay culos rectos, cuadrados, mesa camilla, planos… ¡Cuidado con los planos! Creo que son los menos admirados, entre otras cosas porque sea de espalda o de perfil no se sabe dónde empieza y donde acaba el culo o incluso sí está ahí (un asunto que bien podría ser objeto de investigación de la Nave del Misterio de Iker Jiménez).
Luego está el culo prieto que tampoco parece nada malo, siempre que la presión sea solo muscular y en las nalgas, porque si lo aprietas por cuestión de gases ya es otra historia.
El culo caído es otra variedad que no se acerca ni un poquito a la perfección. Tal vez en algún tiempo pasado fue perfecto, pero en la actualidad ha sido abandonado a su suerte y ha caído en picado. Ha perdido su firmeza y su batalla contra la gravedad, pero no pierde la esperanza de ser recuperado algún día.
Conclusión: el culo perfecto no existe, más que nada porque la perfección tampoco, le pasa lo mismo que a la belleza, es algo subjetivo.
Sí podemos, sin embargo, distinguir varios tipos y que cada uno se quede con el que más le agrade. Eso sí, antes de decidir y, sobre todo, de clasificar, es muy importante observarlo desde diversos ángulos: de frente, de perfil izquierdo, derecho, desde arriba, desde abajo… No conviene dar veredictos precipitados antes de decir que es para ti un culo perfecto. Y si no estáis segur@s, lo mejor es consultar con un experto en palpación y observación de nalgas, que los hay fijo.
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