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Pues sí, estamos cansadas de tantas pistas para la búsqueda del punto G femenino, consejos sobre cómo estimularlo y sobre cómo hacer que una mujer alcance un orgasmo con el punto G. ¿Por qué no hablamos de los hombres y de su punto G?
Ellos sí que están menos familiarizados con su propio punto G y eso que es mucho más fácil de encontrar que el de las féminas. La próstata es el equivalente masculino del punto G de la mujer. Se trata de una glándula del tamaño de una nuez que se encuentra justo debajo de la vejiga de un hombre. Para ir en su búsqueda solo es necesario que te armes con un poquito de lubricante y mucha paciencia (porque a algunos machos, en principio, no les hace gracia que “fuchiques” dentro de sus órganos).
Existen dos formas de estimular la próstata, una indirecta y otra directa, es decir, se puede estimular el punto G masculino indirectamente desde fuera del cuerpo, acariciando el perineo, pero el clímax lo alcanzarán al estimularlo desde dentro.
La primera forma, que es la indirecta, puede producir un orgasmo muy placentero y se logra masajeando y presionando suavemente con el dedo índice el perineo (área que se encuentra entre los testículos y el ano), con lo que estarás estimulando el punto G del hombre desde fuera.
La segunda forma, la directa, es mucho más placentera para el hombre, pero también es más difícil que algunos acepten que la estimulen debido a que se encuentra en el interior del ano (todavía hay mucho prejuicioso por ahí suelto).
El hombre tiene que estar muy relajado y dejarse llevar, ya que es perfectamente normal que sienta placer en esta zona porque es justo ahí donde nace el pene.
Bastará con introducir un dedo, preferiblemente lubricado o vestido con un preservativo, como si fuera de fiesta, en el ano de tu pareja. Comenzar con un suave masaje en el perineo y los bordes del ano para relajarlo y excitarlo. La penetración del dedo se hará paulatinamente y de forma delicada, presionando poco a poco para que él se acostumbre a esta nueva sensación.
A unos 5 centímetros de la entrada del ano, rodeada de tejidos fibrosos y músculos suaves se encuentra el punto G del hombre. Si sigues ese camino, él experimentará pequeños espasmos, que te indican que vas por el sendero correcto, pero deberás detener la penetración hasta que se reduzcan los mismos.
Cuando llegues al punto G, masajea la zona de manera suave, puedes conseguir que él experimente un súper orgasmo (aunque a alguno le hará falta estimular el pene también).
Lo importante para que todo esto funcione es, por supuesto, estar de acuerdo en esta práctica, para lo cual es primordial, como siempre que hablamos de sexo, la comunicación, saber lo que os gusta y estimula a cada uno. Solo de este modo lograremos tener una relación placentera y disfrutar de una sexualidad plena y satisfactoria.
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