Islandia se ha convertido en el punto del iceberg de la denominada ‘liberación de pezones’. No es una frivolidad. La mujer recurre otra vez a una parte íntima de su cuerpo para hacerse valer. La lucha continúa.
La fregona es el invento del siglo. Probablemente no ha existido un elemento tan demoledor sobre la sumisión femenina que la estampa de las mujeres en el suelo fregando de rodillas. De mujeres, porque hombres contados, por no decir ninguno, salvo aquellos pobres reclutas que se veían obligados a limpiar las compañías, aunque esa es otra historia.
