¿SONRÍE TU VAGINA?

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Las vaginas tienen que ser felices.  Si tu vagina está feliz tú también lo estarás.

Ella requiere tu atención para que la cuides y la mimes, igual que haces con la piel de tu cuerpo o con la de tu rostro para escapar de la celulitis o de las arrugas. Se trata sólo de un mantenimiento saludable.

Lo primero y fundamental  para que tu vagina esté contenta es una buena higiene.  Olvídate de los jabones perfumados con los que lo único que conseguirás es irritar  y resecar tus labios, tanto los interiores como los exteriores, así como la entrada vaginal. Corres el riesgo de padecer infecciones, enfermedad inflamatoria pélvica y enfermedades de transmisión sexual (ETS).  Lo mejor son los productos neutros, sin olor. Ten en cuenta que tu vagina es como una lavadora que se limpia sola. Puedes utilizar, por ejemplo, aceite de coco orgánico que te ayudará a mantener la piel de tus labios interiores y la zona alrededor de la apertura de tu vagina suave y blanda.

Los preservativos también pueden ayudar a mantener un nivel saludable de pH vaginal, de manera que las bacterias buenas, como los lactobacilos, puedan prosperar en tu vagina y así alejarnos de la candidiasis y la vaginosis bacteriana. Así que ya sabes, usa preservativo, no solo es la mejor forma de protección contra las ETS y el embarazo no deseado.

El sexo no tiene por qué ser doloroso, para ello hay remedios, como ya apuntamos en una entrada anterior: ejercicios de Kegel, lubricantes, masturbación, buenos preliminares…

No dejes que tu pareja use saliva para humedecer  tu vagina, mejor un buen  lubricante. Cómprate uno. Si te gastas dinero en cremas corporales y faciales, en maquillaje y en perfume, por no hablar de la ropa, ¿por qué vas a escatimar en la felicidad de tu vagina?

La masturbación debería ser asignatura obligatoria de tu día a día. Masturbarse fortalece y te ayuda a conocer tu anatomía, a saber lo que te gusta y lo que te provoca placer, y también lo que no quieres. Te hace conectar con tu vagina y saber cuáles son sus necesidades que, al fin y al cabo, son también las tuyas. En el fondo se trata de mimar tu vagina, de prestarle la atención adecuada. No necesariamente hay que llegar al orgasmo cada vez que te masturbas, simplemente acaríciate relajadamente y si después te apetece más, adelante.

Utiliza  juguetes eróticos que puedes introducir en tu vagina, te proporcionarán mucho placer, sensación de autonomía y además son fantásticos para el mantenimiento vaginal. Ahora hay infinidad de variedades. Lo mismo que con el lubricante, regálate uno.

Cómprate unas bolas chinas te ayudarán también a mantener tu capacidad de generar lubricación. Las bolas ejercitan, literalmente, los músculos de las paredes vaginales al moverse en su interior.  Usa lubricante cuando coloques las bolas dentro de ti o cuando utilices los juguetes sexuales.

Por último, para que tu vagina sea completamente dichosa, déjala respirar. Quítate las bragas siempre que puedas y si las usas que sean de algodón o al menos que incluya una fina franja de algodón en la zona que cubre tu vagina.

¡Ah! Y no te olvides de la visita al ginecólogo al menos una vez al año.

carmen-blue11-e1401998995764Carmen Blue

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