SÍNDROME DE PETER PAN

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“Nunca jamás” es un lugar en el cerebro de algunos hombres que no quieren dejar de ser niños y muestran unas conductas propias de la infancia. Está bien eso de no perder al niño que llevas dentro y mantener esa ilusión, pero hay que evitar comportamientos infantiles.

Aunque se emocione  con la novedad que le da la vida día a día, el hombre no debe permitir que ese lado infantil de su mundo interior le aparte de la realidad y le impida seguir creciendo y aceptar las responsabilidades de sus actos en ese imparable camino que es la maduración personal. Contar con un espíritu joven es muy saludable siempre que se sepa canalizar adecuadamente.

En definitiva, se puede ser un adulto con el corazón de un niño pero con una  mente madura.

Un hombre Peter Pan le tiene miedo al compromiso, solo piensa en sí mismo, rechaza todo lo que le suponga un esfuerzo o tener que salir de su zona de confort. La generación de hombres que creció con los cuentos y películas de la primera era Disney es muy propensa a padecer este síndrome. No quieren dejar atrás el pasado y avanzar,se aferran tanto al ayer que al final acaban por retroceder y  vivir en una adolescencia constante. La adolescencia es una guerra de egos, de lucha y de reproches.  Las personas que tienen Síndrome de Peter Pan están estancadas en esta clase de comportamientos y discusiones.

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El paso de la adolescencia a la juventud no resulta fácil, como no lo es cualquier cambio en nuestras vidas. No se trata de perder el espíritu y la energía con la que se viven los momentos en la niñez sino de adaptarlo a una serie de responsabilidades acordes con un nivel de maduración propio del proceso evolutivo. Crecer es ir cerrando unas etapas, dando paso a otras y abriendo puertas para avanzar. Crecer no es aburrido, como decían los niños perdidos…lo que hay es que saber crecer. Se puede crecer evitando comportamientos infantiles, pero emocionados con la novedad que nos da la vida día a día.

Las causas de este Síndrome pueden proceder precisamente de la infancia o adolescencia  de quien lo padece: una excesiva protección de los padres, la cultura de la inmediatez, el aumento progresivo de la edad de emancipación de los jóvenes y las pocas ganas de asumir responsabilidades.

El Síndrome de Peter Pan provoca muchos problemas de pareja, además de los propios que tiene el hombre que lo padece. Ese hombre Peter Pan es muy inseguro y suele tener baja la autoestima, por ello siente pánico ante la idea de que su pareja le abandone. Además, necesita ser protegido de manera exagerada y tratado como un niño. Esto trae consigo actitudes posesivas, celos…

No hay un tratamiento específico para este trastorno. El hombre Peter Pan debe darse cuenta de que tiene que crecer no solo en edad, también en mentalidad. Debe hacerse responsable y capaz de tomar decisiones y no culpabilizar de lo que le sucede a los demás.

El Síndrome de Peter Pan se relaciona en la actualidad con un estilo de vida conocido con el nombre de Kidult (niños-adultos). Este fenómeno sociológico define a una generación de jóvenes de entre 20 y 45 años que consumen  productos que les recuerdan a su infancia y que escapan de cualquier tipo de responsabilidad, ya sea familiar, laboral, o de cualquier otra índole  porque prefieren vivir en la ficción de que no están envejeciendo. Los Kidult son capaces de conseguir sus caprichos de ocio porque todavía viven con sus padres, o aun estando emancipados dependen de ellos (llevan la colada a la casa familiar, se traen el tupper o hacen la compra directamente de la nevera o despensa de casa de mamá y papá). Otros tienen trabajo pero se lo gastan todo en caprichos, sin pensar en el futuro o en comprometerse; y en algunos casos su pareja trabaja por ellos, mientras juegan a la Play.

La mujer que tenga a su lado al hombre Peter Pan solo puede ayudarlo con la sinceridad, diciéndole lo que hace mal, pero sin adoptar el papel de madre y de protectora (en este caso hablaríamos del Síndrome de Wendy, del que trataremos en otro artículo de QuéChic, ya que nos gusta practicar la paridad).

Ellos mismos tienen que darse cuenta de su comportamiento, enfrentarse a su realidad y aceptar las consecuencias de sus actuaciones y omisiones. Algo así como lo que hizo y expresó en su momento Dani Martín en su canción Peter Pan… Decirle adiós a Peter Pan y que Campanilla lo cuide y lo guarde.

En definitiva querid@s: crecer.

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Carmen Blue

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Un pensamiento en “SÍNDROME DE PETER PAN

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