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«Os habló desde un corazón roto de dolor, de impotencia y de angustia que he sentido y siento y que tardaré mucho en olvidar», con estas palabras la cantante Pastora Soler se despide de su público tras el incidente sufrido días antes en el Teatro Cervantes de Málaga cuando a la mitad de la actuación, tras haber interpretado doce canciones, abandonada el escenario presa de miedo escénico. No era la primera vez, el 8 de marzo la cantante sufría un episodio similar en un concierto en Sevilla, junto a la tuna de la Facultad de Turismo de la Universidad.
Pastora Soler tendrá que ponerse en manos de los psicólogos para intentar superar sus problemas. La cantante no ha cerrado del todo la puerta de regresar a la actividad, «lo haré hasta volver a recuperar la confianza en mí. Lo siento con toda mi alma».
Pastora Soler fue la representante de España de Eurovisión 2012. Tras 20 años de carrera profesional la coplista de Coria del Río reconocía su problema, que incluso en Málaga le llegó a afectar la voz.
Pero no es Pastora Soler un caso único y suele ser habitual este problema entre los artistas. Adele, por ejemplo, se perdió un Grammy por este motivo y Hugh Grant también se planteó su retirada porque los ataques de pánico le dejaban congelado en los rodajes. Scarlett Johansson también sufre este mal, es incapaz de hacer teatro por un miedo escénico que sufre desde la adolescencia. Sudor, sequedad de boca, palpitaciones… Son los síntomas de estos casos que se pueden superar con la ayuda de especialistas.
¿Qué es el miedo escénico? Si acudimos a Wikipedia lo define con merediana claridad : «Uno de los padecimientos más temibles en el marco de las relaciones personales, estado inhibitorio que reduce la efectividad comunicacional e impide el despliegue de las capacidades expresivas potenciales de los afectados«. Es decir, estamos ante una situación extrema, de carácter psicológico, que se apodera de la persona y le impide manifestarse con tranquilidad y, sobre todo, con seguridad.
José René, un especialista en este tipo de patologias se pregunta,»¿Qué pasa por nuestra mente cuando sabemos que tenemos que pararnos frente a un público para decirle algo? Posiblemente nos viene a la mente el incidente que nos pasó cuando éramos estudiantes y se nos olvidó el tema. O quizá nos acordemos de aquella conferencia durante la cual tuvimos la sensación de que se nos olvidaba algo que era importante mencionar.
En todo el mundo, hoy en día hay muchas personas que prefieren hacer cualquier otra cosa antes que pararse frente a un auditorio. ¿Es esa tu actitud?
Entonces, ¿qué es el miedo escénico? Es un proceso de ansiedad que sienten las personas cuando deben ponerse en pie para hablar ante un auditorio. Es una respuesta defensiva del organismo caracterizada por distintas formas en los niveles cognitivo, fisiológico y conductual. Algunos síntomas son los siguientes: a nivel cognitivo: fallo de la memoria, temor al fracaso, confusión, fallo de concentración; a nivel fisiológico, respiración acelerada, sudoración, sequedad, escalofríos etcétera y finalmente, a nivel conductual, escape, rapidez al hablar, tartamudeo, uso de estimulantes o pispileo de los ojos.
Ante este cuadro que puede provocar aún trastornos más preocupantes al sujeto que sufre este tipo de pánico, el profesor José René explica que hay soluciones:
«Debemos comprender que el miedo escénico se derrota antes de pararnos frente al público. Tenemos que aprender a prepararnos adecuadamente para cualquier oportunidad que tengamos de hablar en público.
Algunas sugerencias que podemos poner en práctica para derrotar el miedo escénico son las siguientes:
1) Investiguemos sobre el tema que vamos a exponer de manera cuidadosa y luego delimitémoslo. No estamos obligados a querer abarcar todo el contenido. Cuando tenemos mucho material es más fácil perdernos. Por lo tanto, busquemos dentro del tema en general algunos de los puntos que más nos gusten y hablemos sobre ellos. Nos sentiremos a gusto porque dominaremos el contenido.
2) Evitemos aprendernos de memoria el tema. Si nos hemos preparado adecuadamente tendremos las ideas y los conceptos claros en la mente, por lo tanto, expliquémoslos con nuestras propias palabras.
3) Es importante tener un buen apoyo de medios audiovisuales. Ellos nos ayudarán a recordar los puntos importantes de nuestro tema. Preocupémonos en elaborar buenas presentaciones, ya que nos ayudarán a mantener el control sobre el tema.
4) Con el tema delimitado, los conceptos claros en la mente y con un buen apoyo audiovisual, ahora solo nos falta practicar, practicar y practicar. Hagámoslo frente a un espejo, con la familia, con un grupo pequeño de amigos, etcétera. Graba tu charla, a ser posible en cámara de vídeo y luego veámosla varias veces. Seamos objetivos con nosotros mismos, primero elaboremos una lista de las cosas positivas que veamos y luego una lista de las que tengamos que mejorar.
5) Conozcamos al público. Investiguemos quiénes estarán, cuántos serán, su grado de estudios, su identidad profesional, etcétera. Saber quiénes estarán será positivo. Evitemos pensar que habrá gente importante. Todos los que vienen a escucharnos lo hacen porque quieren aprender de nosotros. Elaboremos una lista de preguntas que creemos que ellos nos harían y tengamos las respuestas a mano.
6) Mantengamos el control sobre las preocupaciones. Preocupación está escrita con el prefijo pre y la palabra ocupación, lo que significa que lo que hacemos es ocuparnos de algo antes de que realmente ocurra. Se dice que el 80% de nuestras preocupaciones jamás ocurren. Nuestro desafío, entonces, es llenar nuestra mente de lo positiva que será esa experiencia, lo nuevo que vamos a aprender y lo valioso que será ayudar a nuestro público.
Enfrentarse al miedo escénico es posible y derrotarlo para siempre puede ser una realidad. Como sabemos muy bien, para aprender a nadar es necesario meterse en el agua varias veces hasta que dominemos las técnicas. Igualmente, para aprender a hablar o actuar en público exitosamente es necesario pararse frente a un auditorio todas las veces que sea necesario hasta que el miedo escénico sea soportable, dominable y manejable».
Lo que parece evidente es que Pastora Soler deberá someterse a un tratamiento para superar su problema que, ahora es conocido por afectar a un personaje popular. Sin embargo esta sintomatología que sufre la cantante y otros artistas también se apoderan de personas normales en sus quehaceres diarios y pocos son, la verdad, los que son conscientes de que necesitan ayuda. Sea como fuere parece que todos los especialistas están de acuerdo en que nuestros miedos de ahora no son fruto de un acontecimiento aislado sino que, como tantas otras manifestaciones psicológicas, germinaron en nuestra infancia y adolescencia, que es el mejor campo de cultivo desde el que germinan todos aquellos caracteres que perfilan nuestra personalidad.
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