MONTSENY, LA PASIONARIA ANARQUISTA

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En la actualidad la vida política está representada por numerosas mujeres que tienen acceso incluso a altos cargos, aunque todavía nos quede por ver una Presidenta del Gobierno dirigiendo el país. Pues bien, esto que vivimos hoy con naturalidad, hace muy poco tiempo no era así. ¿Nunca os habéis preguntado quién fue la primera mujer en ocupar un cargo en el ministerio? Os contaré algo de ella.

Se llamaba Federica Montseny Mañé,  nacida en Madrid en 1905 en el seno de una familia revolucionaria.  Era la hija única de dos anarquistas catalanes que fueron procesados en varias ocasiones por sus ideas libertarias. Su madre, maestra radical y su padre, articulista combativo, habían inculcado en su hija los valores de la militancia y el compromiso político. Fue esa faceta de sus progenitores la que probablemente la llevó a convertirse en la primera mujer española en ocupar un ministerio. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona, pero ya de jovencita apuntaba maneras. En 1920, con solo 15 años, publica su primera novela corta, “Horas trágicas”. En total publicó unas cincuenta novelas cortas de temática romántico-social, además de numerosos escritos políticos, éticos, biográficos y autobiográficos. La primera novela larga “La Victoria”, se edita en 1925. Entre sus publicaciones destacan también “La mujer, problema del hombre”, “Cien días en la vida de una mujer”, “Crónica de la CNT” y “El anarquismo”. Su novena obra es su autobiografía “Mis primeros cuarenta años” publicada en 1987. Colaboró en publicaciones anarquistas, donde escribía sobre filosofía, literatura y feminismo.

Afiliada a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) donde muestra sus grandes dotes como oradora, en 1936, cuando interviene en el Congreso de Zaragoza colaborando en la ponencia sobre comunismo libertario. El 7 de noviembre de este mismo año es nombrada ministra de Sanidad y Asistencia Social del gobierno de la II República española de Largo Caballero, convirtiéndose así en la primera mujer ministra de España y Europa Occidental, pues en otras zonas de Europa ya lo habían sido Alexandra Kollontai (URSS), Nina-Bang (Dinamarca),Miina Sillanpää (Finlandia) y Margaret Bondfield (Reino Unido).

Grandioso-mitin-en-la-plaza-de_54397727706_51351706917_600_226Aunque resulta una paradoja que una ácrata de cuna ejerza un cargo político, Montseny deja de lado los problemas de conciencia que dicha decisión le acarrea ya que considera que la situación lo justifica completamente. Ilusionada, acomete su labor de ministra con la pasión y valentía que la caracterizan. Ejerció su cargo entre los meses de noviembre de 1936 y mayo de 1937. Tuvo que luchar contra todas las dificultades que suponía desempeñar esa labor en plena Guerra Civil. De hecho, las primeras funciones de Federica tuvieron mucho que ver con la evacuación de refugiados y las urgencias hospitalarias.

La escasa duración de su mandato, de apenas un semestre, además de a la guerra, hay que atribuirla al hecho de ser mujer. Fue pionera en tratar de combinar su trabajo en el ministerio con su faceta de madre y esposa, en unos tiempos en que ésa era la excepción y no la norma entre las mujeres españolas.
Pero a pesar del corto tiempo en el cargo su contribución a la mejora de la salud pública y a la consecución de los derechos de las mujeres en España marcó un hito histórico.

Cambió los conceptos de sanidad pública y bienestar social: una campaña de lucha antivenérea; la promoción de comités técnicos de investigación psiquiátrica contra el cáncer; la creación de casas de reposo para los combatientes; lugares de acogida para la infancia, (abriendo uno en Valencia que nada tenía que ver con los orfanatos de la época); abrió comedores para embarazadas en los que se velaba por su buena alimentación; sus centros de atención a las prostitutas fueron una gran revolución en la época, en ellos se les ofrecía alojamiento y se les enseñaba un oficio; creó una lista de profesiones a ejercer por minusválidos, y el primer proyecto de Ley del aborto en España. A éste último se opusieron otros ministros del gobierno y quedó arrinconado tras su salida del gobierno.

Según ella a través del gobierno no se podía hacer ningún cambio profundo social, siendo el único camino posible la revolución libertaria. Votó en contra, en el Consejo de Ministros del 19 de noviembre de 1936, de la conmutación de la pena de muerte de José Antonio Primo de Rivera.

Con el final de la Guerra Civil se hubo de exiliar a Francia, siendo perseguida por la policía nazi y franquista. Finalmente se instaló en Toulouse y siguió trabajando por sus ideas, publicando y dirigiendo periódicos anarquistas.
En 1977 llega la democracia a España y también regresa ella con su activismo en la CNT, donde gozó de un enorme prestigio hasta su muerte. Se opuso firmemente a los Pactos de la Moncloa y al recién instaurado sistema político constitucional español.
Federica Montseny mujer, anarquista, libertaria y revolucionaria, murió en enero de 1994, víctima de una enfermedad terminal.

Existe una calle que lleva su nombre en ciudades como La Coruña, Salou, Fuenlabrada, Leganés, Getafe, Talavera de la Reina o Gijón; un colegio con su nombre en Burjasot ; un Instituto en Fuenlabrada y un centro de salud de especialidades en Vallecas (Madrid).
Por su intensa dedicación a la política, su pasión, su valentía y los proyectos que propuso adelantados a su época, la llamaron «la pasionaria anarquista». 

carmen-blue11-e1401998995764Carmen Blue

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