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Isabel Steva Hernández, conocida artísticamente como Colita es una de las fotógrafas más importantes del S.XX. Nacida en Barcelona un 24 de agosto de 1940, fue la fotógrafa de la Barcelona de la transición. Feminista, valiente y fiel a sus ideales, es todo un referente para las mujeres en la actualidad.
Por el objetivo de su cámara han pasado Gabriel García Márquez, Orson Wells, Gil de Biedma, Carmen Amaya, Ana María Matura o Terenci Moix. En aquella época la única fotógrafa de su generación que existía en Barcelona era Montse Faixat, que se dedicaba más al teatro, y en Madrid estaba Juana Biarnés, como fotógrafa del diario “Pueblo”, de la que ya hablamos en otra publicación de QuéChic.
Antes que ellas, en el S.XIX otra mujer, Anäis Napoleón, destacó por ser la primera fotógrafa profesional de España. Una emprendedora mujer de negocios de origen francés pero casada con un español. Ella y su hermano Fernando montaron su primera barraca de fotos y fueron prosperando hasta abrir su propio estudio fotográfico en 1851, situado en el número 17 de La Rambla, en Barcelona.
Llegaron a ser muy conocidos y a retratar a grandes personalidades de la época, gozando del reconocimiento de sus contemporáneos. Anäis fue una de las primeras mujeres en hacer daguerrotipos, pero también fue una emprendedora y siempre estaba pendiente de los progresos de la fotografía, de la innovación y los avances.
Ejemplo de ello es que unos días antes de la presentación del cinematógrafo de los Lumière en Cataluña, los hermanos Napoleón ya lo habían adquirido, siendo los primeros en poner un cine en la ciudad. El estudio cerró definitivamente en el año 1968.
Después de Colita aparecieron otras mujeres que se dedicaban a la fotografía como Pilar Aymerich o Guillermina Puig, que fue fotógrafa jefe de La Vanguardia. Colita no se considera pionera pero sí la puerta de entrada a un mundo al que a la mujer le resultaba complicado acceder. Colita fue directora de fotografía de la revista Vindicación Feminista, que practicaba la prensa no sexista y donde publicó los cambios que acontecían en España desde una perspectiva feminista reivindicativa.
En el 2009 le dieron el premio de Comunicación no sexista del Colegio de Periodistas de Cataluña. Ha editado y colaborado también en numerosas publicaciones como el libro “15 dìes d’euforía” con motivo de las Olimpiadas de Barcelona 92. Pero ha sido en el género del retrato donde más ha destacado por el carácter desenfadado e irónico de sus imágenes y por la naturalidad emocional que capta su mirada.
Participó en rodajes de películas, recibió encargos del cine, la Nova Cançó, el mundo del espectáculo o la literatura. Como fotoperiodista Colita retrató a la mujer trabajadora, la mujer integrada en la sociedad y la que luchaba por sus derechos en los 70.
El flamenco fue uno de los temas centrales de su carrera, retrató a los gitanos de Somorrostro o Carmen Amaya, y en Madrid a Antonio Gades y La Chunga. También es el tema principal de uno de los libros de fotografía más emblemáticos, “Luces y sombras del flamenco” que la fotógrafa publica en 1973.
En la exposición “Colita, perquè sí!” realizada en La Pedrera, Barcelona, entre los meses de marzo y julio del pasado año, se repasaba una selección de imágenes que recorrían los más de 50 años de trayectoria de una de las fotógrafas más prolíficas de las últimas décadas. Un retrato de las transformaciones históricas, sociales y culturales de las últimas décadas a través de su mirada.
A Colita se le otorgó el Premio Nacional de Fotografía 2014 concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. A pesar de estar el jurado del premio compuesto por un grupo de fotógrafos de gran prestigio y calidad, no lo aceptó, ya que lo daba el ministro de la “descultura”. De hecho, envió una carta dirigida al ministro Wert donde explicaba sus razones:
“Me veo en la obligación de rechazarlo. Ignoro donde reside este ministerio, e incluso si existe como tal. En cualquier caso, yo no lo conozco. La situación de la cultura y la educación en España, como expresarlo, es de pena, vergüenza y dolor de corazón. No es posible que exista dicho ministerio. Es una quimera.”
Suscribo sus palabras y su lucha.
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