MADRES OLÍMPICAS

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Todas las madres son olímpicas pero estas lo son en todo el sentido de la palabra.  Hablamos de madres deportistas, atletas de élite, nadadoras, piragüistas, etc. que han competido estando embarazadas y han ganado medallas en Juegos Olímpicos.

Ejemplo de ello es la maratonista norteamericana Karen Cosgrove quien completó una maratón en 2 horas 46 minutos en su primer mes de embarazo.

Son muchas también las mujeres deportistas que retornan a la competición seria dentro de los 6 meses después del parto y se transforman en mejores deportistas. Mary Slaney, es una de ellas. La corredora norteamericana retomó sus actividades dentro de la primera semana después del parto, y Liz McColgan, atleta de origen escocés, ganó una medalla en el Campeonato Mundial de Cross-Country a los cinco meses de haber dado a luz a su primera hija y cuatro meses después ganó el título mundial en pista en los 10 mil metros. Paula Rafclay plusmarquista  de maratón ganó en 2007 en Nueva York, 10 meses después de ser madre; o Dara Torres, única nadadora estadounidense que ha estado en 5 juegos (ganó 12 medallas después de la maternidad).

Pero la pionera fue Fanny Blanques Cohen, atleta holandesa voladora. Tenía dos hijos y ganó 4 oros en los juegos del 48. Si en aquellos años ya era complicado ser mujer y deportista, más complicado si se le sumaba el ser madre. _koen_getty

En España también tenemos ejemplos: la piragüista Beatriz Manchón o Maialen Chourraut, que no abandonaron la piragua hasta casi el último momento y continuaron con sus sesiones de ejercicio hasta los seis o siete meses de media; Nuria Fernández campeona de Europa de 1500 en 2010, a punto de tener a su tercera hija, quiere llegar a los juegos de Río o Natalia Rodríguez, bronce europeo y mundial en 2010 y 2011, ambas después de ser madres; Marina Labao; Teresa Portela… No interrumpieron su carrera deportiva, han sido madres después de los juegos de Londres y esperan llegar en forma a los de Río.

Y es que ser madre y deportista de alto nivel es posible. La mayoría, como vemos, aprovechan los ciclos olímpicos para planificar su maternidad y así no tener que interrumpir ni abandonar su carrera deportiva.

El embarazo es un momento único en la vida de una mujer, pero a muchas les supone un paso decisivo, ya que puede perjudicar su carrera profesional. De todos es sabido que en nuestro país todavía queda mucho por hacer en cuanto a la conciliación de vida familiar y laboral. Las deportistas de élite también lo tienen complicado, no solo por el hecho de la conciliación sino también por las condiciones que exige su trabajo. Sin embargo, están demostrando que el hecho de quedarse embarazadas y tener familia no es sinónimo de retirada. Es cierto que el cuerpo de la mujer sufre numerosas transformaciones que las deportistas deben tener en cuenta para afrontar los duros entrenamientos. Lo importante es mantener el estado de forma el mayor tiempo posible para minimizar las dificultades del regreso a la actividad física de alto rendimiento tras el parto. Las deportistas que han afrontado un embarazo hacen hincapié en que la clave es escuchar el cuerpo y actuar en consecuencia.

Gracias a su propia experiencia unida a diversos estudios médicos, se ha conseguido derribar la mayor parte de los clichés y la caída de muchos mitos en torno al embarazo y su supuesta incompatibilidad con la actividad física. Si la gestación se desarrolla de manera normal, los médicos recomiendan  que se compagine con la práctica deportiva, ya que es beneficiosa tanto para la madre como para el bebé. Diversos estudios médicos apuntan que las deportistas de élite ganan hasta un 7% en resistencia, e incluso capacidad aeróbica, tras la maternidad. Como hemos apuntado, la mayor parte de las atletas que han sido madres han cosechado algunos de sus mejores resultados después del parto.

Como dato curioso, en los tiempos de la Alemania del este los beneficios biológicos del embarazo se utilizaban como método de dopaje. Muchas deportistas fueron sometidas a inseminación artificial para aprovechar la producción de hormonas en su rendimiento y luego las obligaban a abortar (una aberración, pero que demuestra que el embarazo es beneficioso en todos los sentidos).

Madres, deportistas de élite y campeonas. ¡Las mujeres hacen posible todo lo imposible!

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Carmen Blue

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2 pensamientos en “MADRES OLÍMPICAS

  1. Elena

    Me parece muy triste e injusto que las mujeres no podamos concedernos una pequeña tregua cuando vamos a ser madres. Que tengamos que seguir al pie del cañón, al mismo ritmo, sin poder descansar ni aceptar que nuestros cuerpos están haciendo una gran labor y es positivo concederles y concedernos tiempo y espacio.
    Cuando se dice que hagamos deporte en el embarazo la recomendación es evitar la vida sedentaria, no competir.
    De hecho la alta competición no es saludable para ningún cuerpo, al margen de estar embarazada o no.
    Por otra parte, poderse se puede pero no quiere decir que sea recomendable.
    No pausar determinadas actividades o incorporarse demasiado pronto puede conllevar, además de posible pérdida de bienestar fetal (o no), dificultades para las mujeres con nuestro suelo pélvico por ejemplo. Correr es una bomba de relojería, especialmente si acabas de pasar cuarenta semanas de embarazo + un parto.
    Es una lástima que no podamos concedernos el descanso que necesitamos para recuperarnos de la mejor manera posible. Dice mucho del modelo de sociedad en que vivimos donde hay que estar siempre al pie del cañón y no podemos permitirnos bajar la guardia.
    Quizá ayudaría que nuestros compañeros varones se identificaran más y realizaran también paradas en sus carreras deportivas al ser padres. Por qué no?

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