MADRE, NO GRACIAS

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Hacer lo que te dé la gana, cumplir tu verdadera voluntad, ser coherente con tus ideas, es muy difícil en esta sociedad. Ser auténtico en un mundo donde te piden ser tú mismo es tarea complicada si al mismo tiempo te machacan si no eres como el resto. ¿Y por qué esta reflexión? Porque parece ser que todavía hoy si la maternidad no es tu meta en la vida es que eres rara o tal vez egoísta, antinatural, estéril, lesbiana…

Y lo que hay que oír, afirmaciones del tipo: “Si no eres madre no te sentirás como una verdadera mujer”; “Los niños son los que le dan el significado a la vida”; “¡Si tus padres pensaran como tú, no estarías aquí”; “No tendrás a nadie que te cuide cuando seas mayor”… Bueno, y no nos olvidemos de la pregunta estrella: “¿No te ha sonado el reloj biológico?” Seguido de un sentencioso: “Se te va a pasar el arroz”.

¡Yo me pregunto quién es más egoísta! Pues no, señores, la maternidad no es la meta de toda mujer. Que tengamos vagina no significa que parir sea una necesidad vital. No se debe a problemas económicos, a no querer interrumpir tu carrera profesional, a eludir más responsabilidades…No. Simplemente es una decisión personal, muy meditada, es una forma de entender la  vida. Eres una mujer igual que otra, ni mejor ni peor, que ha tomado las riendas de su vida, cumpliendo su voluntad y eligiendo un estilo de vida.

Pero la presión social a favor de la maternidad existe, mucho más que hacia la paternidad, como reconocen sociólogos y psicólogos expertos en la materia.

El autor, Robin Hadley, señala en las conclusiones de una investigación sobre el tema que queda demostrado que hombres y mujeres comparten el mismo nivel de deseo de ser padres, 59% ellos, 63% ellas y si no llegan a tener descendencia, ellos se deprimen más que ellas (y es que a ellos, aunque no lo crean, también se les “pasa el arroz”). Así mismo reconoce el hecho de que del mismo modo que hay mujeres que se arrepienten de haber sido madres, las hay que lamentan no haber tenido hijos y también las hay que no han querido tenerlos, cada vez en mayor porcentaje, por decisión propia.

madreJosé María Lailla, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, afirma que el deseo de ser o no madre no tiene su causa en el ámbito fisiológico. Para arrojar un poco de luz en el asunto, explica que las hormonas femeninas podrían tener algún tipo de influencia a ese nivel basándose en estudios realizados en animales, en los que concluye que toda hembra tiene el deseo de ser madre y cuando se las castra este deseo desaparece o disminuye considerablemente. Sin embargo, en la mujer no existe evidencia científica de esto, ya que muchas mujeres esterilizadas por razones médicas siguen manteniendo el deseo de ser madres.

La socióloga británica Katherine Hakim, autora del estudio Childless in Europe (“Sin hijos en Europa”) asegura que en torno a un 20% de las europeas no son madres y de ellas tan solo un 2% es por infertilidad. La filósofa francesa Elisabeth Badinter sostiene en su libro “El conflicto: la mujer y la madre” que no todas las mujeres quieren ser madres aunque pudieran serlo.

Puede que el deseo de progresar en el trabajo y la inestabilidad económica sean factores que influyan en esa decisión porque aunque cada vez se compartan más responsabilidades en la pareja, el cuidado de los hijos es terreno mayoritariamente femenino. Como ejemplo, según el INE, en España solo un 2,1% de varones reduce su jornada laboral frente a un 21,1% de las mujeres y solo un 7,4% de los padres renuncia a su empleo más de un año, mientras que un 38,2% de las madres sí lo hacen. Desde luego fácil no nos lo ponen. Pero tampoco es fácil para las que deciden no tener hijos. De hecho, la Seguridad Social no cubre la ligadura de trompas hasta que ya has tenido un hijo o pasas de los 40  “por si acaso te arrepientes”.

No se mira del mismo modo socialmente a la mujer soltera que decide no tener hijos, o incluso tenerlos, que a la casada o con pareja. En este último caso debe existir consenso entre ambos porque de lo contrario sí puede generar un conflicto. En el caso de las mujeres solteras, ya no sirve el tradicional y casposo calificativo de “solteronas”. Ahora forman parte de otra generación, la NoMo, o lo que es lo mismo, No Mothers. También podrían estar entre las Panks,  que es el término que se utiliza para nombrara las tías que se conforman con niños cercanos pero ajenos. Pero fuera de todas las clasificaciones, clichés y encasillamientos, lo importante es el respeto. Entender que la maternidad no es nuestra hoja de ruta en la vida, que no nos perdemos lo mejor de la vida por no querer ser madres, que no es necesaria una familia para tener plenitud, ni ser madre de, pareja de o mujer de, que no es una decisión antinatural y que no eres rara por vivir de ese modo.

 “Tengo una vida increíble. De alguna forma tengo la vida que tengo porque no tengo hijos… Es solo una elección diferente”. (Cameron Díaz).

carmen-blue11-e1401998995764Carmen Blue

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