«Las trece rosas»

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En la madrugada del 5 de agosto de 1939, 13 chicas fueron fusiladas en las tapias del cementerio del Este de Madrid. Se las acusó de estar implicadas y de conspirar contra el orden social y jurídico de la nueva España. Antes, en el paredón ya habían caído 43 miembros de la Juventud Socialista Unificada (JSU). Todas ellas eran jóvenes de edades comprendidas entre los 18 y 29 años, por tanto, en aquella época, muchas eran menores de edad.

El tiempo les dio el sobrenombre de las 13 rosas. El libro “Trece rosas rojas”  de Carlos López Fonseca en el que se basa la película de Emilio Martínez-Lázaro, recuperó su memoria, pero anteriormente el suceso ya había sido investigado por el periodista Jacobo García. También el escritor Jesús Ferrero lo noveló en su libro “Las trece rosas” y los realizadores Verónica Vigil y José María Almela dirigieron un documental sobre los sucesos, “Que mi nombre no se borre de la historia”, cuyo título es la última frase de una de las condenadas, Julia Conesa, en una carta dirigida a sus familiares. Por otra parte, Julián Fernández del Pozo escribió el poema titulado “Homenaje a las trece rosas” y la periodista y escritora Ángeles López publicó “Martina, la rosa número trece”.

Parecen muchos homenajes pero no son los suficientes, por eso hoy las traemos aquí y porque la memoria histórica no debe olvidarse de personas que han luchado y perdido su vida para que nosotros estemos donde estamos. Bajo su condición de revolucionarias han perdido sus vidas por un mundo menos injusto y desigual que ahora nos toca mantener.

1934-manifestacion-republicanaEstas mujeres y muchas otras que lucharon por sus derechos en esa época son representativas de lo que fue la juventud de su generación. La República había puesto todos los medios para escolarizar por igual a todos, chicos y chicas, impartiendo una educación laica, sin sectarismos ni dogmatismos, abriendo las mentes para ser hombres y mujeres conscientes, pensantes y activos.

Eso significó un gran avance para las mujeres, porque además de a las escuelas, tuvieron acceso a la Universidad, el derecho a militar en un partido, el derecho al voto, a ser elegidas diputadas o a tener un cargo en la vida política, etc. Así creció esa juventud combativa, valiente, con ganas de salir del atraso y de participar en el progreso sin sectarismos. En 1936 surge la JSU como resultado de la fusión de las existentes Juventudes Socialistas y Juventudes Comunistas. Entre sus miles de militantes estaban nuestras 13 rosas y alguna más. Llegó entonces el golpe fascista y la Guerra Civil.

Todos conocemos la historia, aunque a veces parece que la hayamos olvidado. Entre las muchas barbaridades cometidas, las detenciones con simulacro de juicio, donde los jueces no eran jueces, y los abogados no eran letrados, porque todos eran militares, fueron la causa de muchas injusticias. En el caso de las 13 rosas, las acusaron de haber matado a un militar y su familia. Tras fusilarlas se averiguó que cuando se realizó el atentado ellas estaban ya en la cárcel. Mataron a 13 inocentes.

imagen_10_ampliacionEn el Madrid de la posguerra, se persiguió a cualquier ciudadano sospechoso de adhesión a la rebelión, acusando a los partidarios de la II República de atentar contra la legalidad vigente. El deporte nacional por aquel entonces no era el fútbol con que nos entretienen ahora, era la caza del rojo. Los interrogatorios en las comisarías eran escalofriantes. Era indiferente que fueras hombre o mujer e incluso menor de edad (la mayoría por aquel entonces era a los 21 años). Las mujeres sufrían especialmente, pues a las torturas se sumaban las vejaciones sexuales (las violaciones eran algo usual), el aceite de ricino y el corte del pelo al cero. En algunos casos, se les afeitaban incluso las cejas para despersonalizarlas aún más.

La cárcel de mujeres de Ventas era un infierno, con menores, ancianas y madres con hijos, hacinadas en pasillos, escaleras, patios y baños. Estaba dirigida por Carmen Castro. Su intransigencia y falta de humanidad se reflejaba en las condiciones de vida de los niños encarcelados con sus madres. Sin jabón ni medidas de higiene, casi todos tenían tiña, piojos y sarna. Muchos morían y eran depositados en una sala.

Diez-de-las-Trece-Rosas_thumb1Las trece rosas eran mujeres con nombre y apellidos, como cualquiera de nosotros, con familia y con un empleo, en su mayoría modistas, y militantes o afiliadas al PCE (Partido comunista español) o al JSU (Juventudes socialistas unificadas): Carmen Barrero, Martina Barroso, Blanca Brisac, Pilar Bueno, Julia Conesa, Adelina García Casillas, Elena Gil, Virtudes González García, Ana López Gallego, Joaquina López Laffite, Dionisia Manzanero, Victoria Muñoz y Luisa Rodríguez de la Fuente.

Ellas no fueron las primeras mujeres en ser ejecutadas en las tapias del Cementerio del Este. Lo fueron Manuela y Teresa Guerra Basanta, al menos así figura en los archivos del cementerio. Las chicas esperaban encontrarse con otros miembros de la JSU el día de su ejecución, entre otras cosas porque algunos eran sus parejas. Pero esto no fue así porque ellos ya habían sido fusilados días antes.

María Teresa Igual, funcionaria de prisiones, fue testigo presencial del fusilamiento de las Trece Rosas, de las que contó que murieron con entereza, sin llantos ni súplicas. Solo se escuchó a una de las condenadas que no murió en el acto gritar: “¿Es que a mí no me matan?”.

Antonia Torre Yela, sin embargo, se libró de la ejecución por un error mecanográfico. Al transcribir su nombre, se equivocaron y le pusieron Antonio. Aun así fue fusilada el 19 de febrero de 1940, transformándose en la “Rosa número 14”.

MUERE A LOS 87 AÑOS CARMEN CUESTA, UNA DE LAS COMPAÑERAS DE "LAS TRECE ROSAS"Pero además hubo otra rosa, que no fue fusilada en la tapia del cementerio del Este de Madrid, aunque sí testigo y compañera de las otras rosas, Carmen Cuesta. Falleció a los 87 años, el 16 de octubre de 2010, en Valencia. Se salvó del fusilamiento porque tenía 15 años, pero a pesar de ello, fue condenada a 12 años de prisión donde sufrió vejaciones, enfermedades, hambre y miseria y posteriormente fue desterrada. Se estableció en Valencia y formó una familia. Hasta el día de su muerte recordaba la madrugada en la que se llevaron a sus compañeras para ser fusiladas.

En julio de 2008, con motivo de los XVII Premis Turia, Carmen recibió el galardón a la Mejor Contribución Cívica. Durante la Gala se encontró con la joven actriz Nadia de Santiago, que en la película “Las trece rosas” encarnó su personaje y ambas se unieron en un abrazo muy emotivo.

Su nombre, al igual que el de sus compañeras no debe caer en el olvido.

carmen blue1Carmen Blue

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3 pensamientos en “«Las trece rosas»

  1. carlovino

    Ha incluido usted mi particular recopilación de las fotos de 10 de las 13 Rosas que se han podido identificar incluso en foto. Lo ha hecho usted sin notificarme para su permiso, ya que como puede verse en la foto figura firmada por mi.

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    1. admin Autor

      Discúlpenos, ha sido un error pensábamos que se podía, tenemos dos opciones, la eliminamos o ponemos debajo su nombre. Dígame por favor qué prefiere. Reitero nuestras disculpas.

      Responder
  2. Pingback: ADIÓS A CARMEN, COMPAÑERA DE LAS TRECE ROSAS |

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