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Cuando hablamos de erotismo en el arte, siempre pensamos en películas, libros o fotografía. Sin embargo, antes que ellas los dibujos subidos de tono fueron los precursores. El arte Shunga japonés o la pintura mogol del norte de la India, que suele utilizarse para ilustrar las ediciones del Kamasutra, fueron los primeros cómics eróticos que marcaron una época que llega hasta la actualidad y sirve de inspiración a los numerosos artistas que imprimen en sus obras el erotismo.
Dibujantes eróticos como Milo Manara, que plasmaba notablemente las caras de mujeres a punto de experimentar el éxtasis; la artista Gerda Wegener, que escandalizó a la sociedad de principios del siglo XX con ilustraciones eróticas de sexo entre mujeres; Alberto Vargas o el italiano Guido Crepax, son ejemplos de la notoriedad que supone la ilustración erótica.En las ilustraciones las imágenes llegan a nuestras retinas como un mensaje subliminal que intenta provocar una emoción similar a la de la poesía.
Otro genio en este arte de la ilustración fue Umberto Brunelleschi. Nace en 1879, en Montemurlo, una pequeña ciudad situada en la región de la Toscana, en Italia, aunque pronto se trasladará a Francia debido a sus inquietudes artísticas. Su afición al dibujo le viene desde pequeño y, en cuanto pudo ingresó en la Academia de las Bellas Artes de Florencia.
Trabajó como impresor, ilustrador de libros, y diseñador de decorados y vestuario. Colaboró con importantes revistas de moda francesas como Journal de Dames et des Modes y Femina magazine, donde llegó incluso a ocupar cargos directivos. Entre los libros que ilustró están Candide (Voltaire), Contes du temps jadis (Charles Perrault), y Les Masques et les Personnages de la Comedie Italienne. Diseñó ropa para Josephine Baker, trajes para óperas y ballets de los más relevantes teatros europeos.
Sus ilustraciones eróticas destacan por su detalle, la sutileza de los colores y el realismo que les imprime. Aquí os dejamos una pequeña muestra de su sobresaliente trabajo artístico.
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