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Traemos a las páginas de nuestra revista una iniciativa que, aunque lleva años implantada, nos ha parecido muy interesante.
¿Qué os parecería que las bibliotecas salieran a la calle? Poder llegar a un parque, coger un libro de una estantería, sentarte a leerlo y al terminar volver a dejarlo en su sitio.
Eso sucede ya en muchos parques de Colombia. Desde el año 1996, los Paraderos Paralibros Paraparques (PPP) ocupan 51 parques en Bogotá y en otras ciudades como Cali o Medellín. La estructura con forma de una P gigante que se abre mediante una especie de cajonera de la que salen libros, cuentos, aventuras… trata de aproximar la lectura a los parques que están ubicados en las urbes colombianas, sobre todo en los barrios más pobres. Esta iniciativa no es más que un original modo de fomentar la lectura entre los ciudadanos y facilitar la actividad a todos aquellos que por falta de dinero no pueden acceder a los libros.
No son muchos los espacios verdes de los que gozan estas ciudades, pero en la medida de lo posible se ubican estas llamadas “casas de lectura” donde se pueden encontrar hasta 300 volúmenes para leer al aire libre entre novelas, cuentos y títulos informativos.
En el año 2014 las estadísticas apuntaban a que más de la mitad de los ciudadanos colombianos no habían leído un solo libro en los 365 días. Y los que sí lo hicieron, solo leyeron de uno a cinco libros.
En un lugar en el que las múltiples aventuras de los indígenas que pueblan desde hace miles de años el continente americano han sido relatadas con tanta maestría por autores como el premio Nobel Gabriel García Márquez , parece increíble que sus actuales habitantes no tengan acceso a la lectura. Además estamos ante el segundo país iberoamericano con mayor cantidad de bibliotecas por municipio. Con este proyecto que ha tenido influencia en la sociedad colombiana desde su inicio, se intenta que esa ausencia de lectura en un país con una gran tradición de escritores se haga menos latente.
Por eso si las personas no acceden a los libros, han decidido atraerlas a la lectura sacándolos a la calle.
Dentro de las iniciativas para incentivar la lectura, el proyecto llamado Fundalectura ofrece la posibilidad de recibir préstamos de libros a domicilio o incluso en el mismo parque, recomendaciones de lecturas según edad e intereses y actividades de lectura para niños o lectura en alto de algunos textos. Realizan además un servicio de préstamo de libros en hospitales y lectura en voz alta para aquellos enfermos que no pueden leer. Los niños entre 7 y 12 años son los que aprovechan más esta oportunidad.
A esto hay que sumarle otra forma de sacar los libros a la calle o, en este caso, a las estaciones del autobús. Los autobuses “Transmilenio” de la ciudad realizan su parada en las Biblioestaciones, donde los usuarios del trasporte público de Bogotá pueden elegir hasta entre 1.000 títulos.
¿Qué os parecen todas estas iniciativas para fomentar la lectura?¿Creéis que funcionarían en las ciudades o pueblos de España?
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