AUTORIDAD PARA UNA VIDA SIN VIOLENCIA

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Un gran compromiso con la defensa de los derechos de la infancia la caracteriza. Ella es Theresa Kachindamoto, la jefa del distrito de Dedza, en Malaui, que ha logrado anular los matrimonios infantiles y utilizar su autoridad para luchar por el bien de los demás, en especial, por la educación de las niñas.

Desde el año pasado los  matrimonios infantiles son ilegales en Malaui, pero aun así se siguen produciendo.  Naciones Unidas, en un informe del año 2012, estima que  la mitad de las niñas malauíes menores de 18 años están casadas. El país ocupa el puesto número ocho entre los 20 con el más alto porcentaje de matrimonios infantiles.

La tradición sigue mandando: los niños se pueden casar bajo la “cutomary law”, según la cual solo es necesario el consentimiento paterno y el de los líderes tribales para que se lleve a cabo el matrimonio.

El distrito de Dedza, uno de los veintisiete que forman el país africano, es una excepción gracias a Theresa, una líder que en tan solo tres años ha logrado mucho más a favor de los derechos infantiles que algunas instituciones en periodos más prolongados de tiempo, que lo único que hacen es escribir sobre papel mojado. Theresa es conocida y respetada en Dedza pero su fama trasciende más allá de las fronteras del distrito que gobierna por ser la primera en  romper con estas leyes arcaicas. Las medidas que ha adoptado con su política han cambiado las cifras y se han traducido en un cambio positivo para su región. La líder ha conseguido anular 850 matrimonios infantiles y ha enviado a los menores de nuevo a la escuela.

Su llegada al gobierno de Dedza no fue buscada por ella, simplemente le ofrecieron el cargo porque es buena con las personas. Prueba de ello son los avances que ha conseguido no solo en cuanto al respeto de los derechos del menor, sino también en el ámbito educativo. Su empeño es que ningún niño quede sin escolarizar, por ello ofrece y busca financiación para aquellas familias que no puedan costear los estudios de sus hijos.

Está especialmente implicada en la educación y escolarización de las niñas y ella misma lo expresaba así ante las Naciones Unidas: «Si reciben educación, pueden tener todo lo que quieran. Siempre hablo con los padres y les digo que si les ofrecen educación, podrán tenerlo todo en el futuro».Kachindamoto considera acertadamente que accediendo a la educación las mujeres podrán llegar a tener mejores vidas y sabrán defenderse ante situaciones adversas.

La prohibición de prácticas de iniciación sexual en niñas es otra de sus batallas.  Theresa quiere acabar con esa especie de campamentos, denunciados por la Comisión de Derechos Humanos de Malaui, en los que se enseña a las menores, a veces a niñas de tan solo siete años, a complacer a los hombres. En muchos casos las menores se someten a abusos sexuales por parte de líderes de la tribu. Theresa no parará hasta que esta horrible práctica sea calificada en el país como delito.

En definitiva, un  cambio  positivo se hace notar paulatinamente en la región de Dedza que es posible gracias a su líder, que ha usado su autoridad para mejorar la vida de miles de personas.

Algunos de nuestros aspirantes a líderes deberían aprender de Theresa.

carmen-blue11-e1401998995764Carmen Blue

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