Un gran compromiso con la defensa de los derechos de la infancia la caracteriza. Ella es Theresa Kachindamoto, la jefa del distrito de Dedza, en Malaui, que ha logrado anular los matrimonios infantiles y utilizar su autoridad para luchar por el bien de los demás, en especial, por la educación de las niñas.
Desde el año pasado los matrimonios infantiles son ilegales en Malaui, pero aun así se siguen produciendo. Naciones Unidas, en un informe del año 2012, estima que la mitad de las niñas malauíes menores de 18 años están casadas. El país ocupa el puesto número ocho entre los 20 con el más alto porcentaje de matrimonios infantiles.
La tradición sigue mandando: los niños se pueden casar bajo la “cutomary law”, según la cual solo es necesario el consentimiento paterno y el de los líderes tribales para que se lleve a cabo el matrimonio. Sigue leyendo