La exposición fotográfica “Thirty-Two Kilos” (“32 Kilos”) de la alemana Ivonne Thein pretende hacer saltar la alarma sobre la delgadez extrema que todavía hoy utilizan algunas firmas de moda y que promueven los medios de comunicación. Un estándar de belleza que lleva instaurado en las prestigiosas pasarelas, que contratan modelos de tallas mínimas sin la conciencia de que es perjudicial para muchas jóvenes que se quieren ver reflejadas en ese canon de talla 0.
“32 Kilos” es una serie de 14 fotografías. Las imágenes representan a escuálidas y anoréxicas modelos posando como si de una sesión fotográfica de moda se tratara pero con unas poses casi imposibles, haciendo equilibrio sobre las delgadísimas extremidades hasta tal punto que parece que sus huesos se van a romper, que sufren verdadero dolor.
Para realizarla la artista trabajó con algunas amigas suyas que son delgadas pero no anoréxicas. Capturó la esencia de esas mujeres delgadas y luego manipuló digitalmente los retratos para que sus protagonistas lucieran esqueléticas. De este modo quiere demostrar que las imágenes no siempre cuentan la verdad.
Muchas de ellas parecen amortajadas al estar envueltas en vendajes… Así Ivonne representa de modo impactante una enfermedad, la anorexia, que no es solo física sino también psicológica. Un trastorno alimenticio que afecta a todos los aspectos de la vida de quien la padece.
La exposición estrenada en 2015 pretende alzar la voz en protesta contra este canon que utilizan las personas que manejan la industria de la moda. Sin embargo, y curiosamente también ha llamado la atención de varias comunidades pro-anorexia que han declarado que las imágenes de Thein resultan inspiradoras.
Para la fotógrafa, la anorexia es una enfermedad mental y no un estilo de vida. Hay diferentes razones por las que una mujer se vuelve anoréxica, y para la artista una de esas razones tiene que ver con la fotografía de moda y la publicidad, con la creciente aceptación de la imagen corporal.
Los ideales con los que ciertas mujeres se identifican no son reales o están basados en una realidad virtual, retocados digitalmente con la pretensión de acercar lo humano a la perfección. Esto no influye solo en la ropa que diseñan los modistos y quieren vendernos las firmas, sino que también eligen para nosotros los rostros o cuerpos que son más atractivos desde un punto de vista comercial. Por eso otra característica de esta serie fotográfica es la negación de los rostros, que obliga al espectador a fijarse en el tema que realmente quiere exaltar la artista: el cuerpo como títere de una sociedad superficial.
Ivonne decidió hacer “32 Kilos” al conocer una tendencia que vio la luz a mediados de los años 90 en Estados Unidos, el movimiento Pro-Ana, que glorifica la anorexia nerviosa a un estilo de vida positivo. El término es una suma de los prefijos pro, que significa «a favor de», y ana, que hace referencia a la anorexia. Con este movimiento se identifican las personas enfermas de anorexia que se consideran a sí mismas como una subcultura. Un trastorno alimentario convertido en filosofía de vida y usado para incitar a la extrema delgadez sin importar sus consecuencias.
Buen articulo, igual bien estremededora las fotos. este trastorno puede acabr con la vida de la chica, aunque igual sé da en hombres aunque en un porcentaje mas inferior. Saludos
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