«Yo maté a Sherezade»

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imagesPor vengarse de una mujer que lo había traicionado, el rey las degollaba a todas. En el crepúsculo se casaba y al amanecer enviudaba. La única que sobrevivió fue Sherezade. Sus historias la salvaron de la decapitación. Las contaba en voz baja, casi susurrando, y en la penumbra del dormitorio, sin más luz que la de la Luna. A veces, en pleno relato sentía que el rey le estaba estudiando el cuello, por eso las contaba con mucho cuidado ya que si el rey se aburría estaba perdida. Y de ese miedo a morir nació la maestría de contar.

Sherezade  es el personaje y narradora  principal de la recopilación de cuentos en árabe titulada “Las mil y una noches”, que data del siglo IX. La historia por capítulos cuenta que el sultán Shahriar desposaba una virgen cada día y mandaba decapitarla al día siguiente. Todo esto lo hacía en venganza, pues encontró a su primera esposa traicionándolo. Ya había mandado matar a tres mil mujeres cuando conoció a Sherezade. Ésta se ofrece, en contra de la voluntad de su padre, al rey con el fin de aplacar su ira.

Sherezade le pide al sultán dar un último adiós a su hermana,  Dunyazad, que era su próxima víctima. Entonces inicia la narración de un cuento que dura toda la noche. De este modo mantiene al rey despierto, escuchando con asombro e interés la primera historia y aduce la llegada del alba para postergar la continuación de la misma hasta la noche siguiente. El rey la mantiene en vida ante la perspectiva de la narración por venir. Así se repite durante una y otra noche. Después de mil y una noches de diversas aventuras, y ya con tres hijos, el rey además de haber sido entretenido también fue educado sabiamente en moralidad y amabilidad por Sherazade, quien de concubina pasa a ser esposa del rey.

Lo cierto es que el personaje de Sherezade  ha tenido un gran impacto de ahí su aparición en óperas, videojuegos, libros, juegos de rol, películas o series de televisión. Sherezade, además de ser la protagonista de este relato anónimo, da nombre a una de las principales obras del compositor ruso de música clásica  Rimski-Kórsakov y también al ensayo: “Yo maté a Sherezade“, una obra de la escritora y periodista libanesa Joumana Haddad, que en sus propias palabras decidió escribir “para responder a la pregunta de cómo es ser mujer, árabe, escritora, y dirigir una revista erótica”. Un libro muy polémico en el que se intenta desmontar la imagen que se tiene en occidente sobre la mujer en la cultura árabe.

illustrated_arabian_nights_spJoumana Haddad podría parecer una mujer de cualquier punto de Europa: con una imagen moderna y cuidada, habla seis idiomas, es una de las poetas de mayor reconocimiento de su país… La escritora, además, dirige una revista llamada “Jasad”, una publicación moderna de literatura, fotografía y arte, donde muestra el cuerpo desnudo como protagonista y que ha sido censurada en todo el mundo árabe excepto en Libia.

“Yo maté a Sherezade” es un libro valiente y radical en el que se critica la imagen tópica de la mujer árabe sumisa que circula mayoritariamente en Occidente. Es una lectura muy recomendable, una obra inteligente y provocativa, que tiende puentes de comunicación entre ambas culturas.

Es de destacar la preocupación de la autora sobre la situación de la mujer en general, pero en particular, la de la mujer en el mundo islámico. Los derechos y la igualdad de la mujer son unas de las principales prioridades en el mundo islámico, pero también lo deben ser en cualquier parte del mundo, ya que cualquier ser humando sin distinción de raza, sexo, creencias u origen debe tener derechos y las mujeres no van a ser menos en ese aspecto.

Este ensayo es un manifiesto para que se dé una mayor visibilidad a la mujer árabe, sin ningún tipo de censura. Como hemos dicho anteriormente, recurre al mito de Sherezade, heroína de “Las mil y una noches”, quién gracias a sus dotes de habilidad a la hora de narrar cuentos e historias, salvó su vida contándoselas al sultán todas las noches.

sherezade2Sherezade es vista así como la heroína femenina indiscutible: inteligente y bella, dotada de habilidades narrativas y de persuasión, que con el lenguaje como única arma, salva su vida y la de otras mil mujeres, ya que el sultán decide quedarse con ella y sus historias y no vengarse degollando a ninguna mujer más. Sin embargo, para Joumana Haddad no hay feminismo alguno en una narración que evidencia que la vida de las mujeres se halla en manos de hombres, quienes pueden decidir su indulto.

Sherezade es, desde esta perspectiva, un modelo más de sumisión, una conspiración contra la mujer, ya que no cuestiona los roles establecidos y simplemente muestra las grietas por las que salvar la vida, sin rebelión, ni resistencia, ni lucha contra la tiranía.

Hay que buscar entonces un modelo más radical e independiente que no nos muestre como sumisas, sino como mujeres libres, con voluntad propia, independientes e inconformistas.

Seguro que si nos paramos a reflexionar en otros “cuentos clásicos” con los que hemos crecido muchas generaciones, encontraremos muchas “Sherezades” a las que ya va siendo hora de matar.

carmen blue1Carmen Blue

 

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