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En la zona sur de Brasil existe una comunidad donde solo viven mujeres. Se llama Noiva do Cordeiro y está situada a poco más de 100 kilómetros de Belo Horizonte, una ciudad cercana a Río de Janeiro. En ese lugar, cuya traducción al español es “La Novia del Cordero”, la mayoría de sus habitantes son mujeres, cerca de 600, muchas de ellas solteras y que tienen entre 20 y 35 años. Algún hombre también vive en el pueblo, pero son los menos. Además, ellos tienen que trabajar fuera y solo regresan los fines de semana. Esto mismo sucede con los hijos masculinos al alcanzar la mayoría de edad. En este pequeño pueblo las que gobiernan son las mujeres encargadas de las actividades económicas y del orden social. Se hacen cargo desde las tareas agrícolas hasta la alcaldía y los servicios religiosos.
Noiva do Cordeiro fue fundada hace 120 años por María Senhorinha de Lima, una mujer expulsada de su comunidad y excomulgada de la iglesia católica por adulterio, después de que abandonara al marido con quién la habían obligado casarse. Paulatinamente otras mujeres se unieron para vivir con ella. Sin embargo, en 1940 un pastor evangélico llamado Anísio Pereira irrumpe en la comunidad y se casa con una de las mujeres, llegando a convertirse en la máxima autoridad. Sus normas eran tan estrictas y autoritarias que después de su muerte en 1995, las mujeres decidieron que jamás dejarían que un hombre les dictara normas y les impusiera su voluntad.
Las mujeres del pueblo han tenido que matizar recientemente lo que se había dicho de ellas en algunos medios de comunicación y en las redes sociales. El malentendido surgió porque ellas afirmaban que estarían encantadas de que a su vida llegaran “hombres buenos” con los que pudieran mantener una relación estable. Esto fue traducido en los diversos medios como que era un pueblo de mujeres en busca de novios y que invitaban desesperadamente a todo aquel que lo considerase oportuno a presentarse en su ciudad para casarse.
Noiva do Cordeiro se llenó de hombres que visitaban el pueblo para conocer a sus “casaderas” habitantes o que contactaban con ellas a través de su página de Facebook. Por ello, las representantes de la villa han salido al paso y en un diario local han aclarado que en el pueblo habitan algunos varones aunque tienen que viajar continuamente a ciudades más grandes, como la cercana y moderna ciudad de Belo Horizonte, para poder ganar dinero y no suelen pisar su casa de lunes a viernes. Aclaran también que hay pocos hombres y la mayoría, al ser una comunidad tan pequeña, son familiares.
Por eso, reconocen que todas las mujeres querrían enamorarse, encontrar un buen hombre, pero sin tener que abandonar su hogar. Lo que desean realmente es encontrar un hombre que esté dispuesto a dejar todo para vivir en Noiva do Cordeiro, bajo sus normas, es decir, alguien que acepte las reglas femeninas bajo las cuales viven sus integrantes.
Eso no significa que estén desesperadas. Su comunidad es hermosa, organizada y armoniosa tal y como está. Lo que no quieren es que la llegada de muchos hombres del exterior afecte al equilibrio que han conseguido hasta el momento.
Curiosa e insólita es esta comunidad brasileña de Noiva do Cordeiro.
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