La depresión constituye un problema social de primer orden, siendo en la actualidad la quinta causa de discapacidad en todo el mundo y afectando a una media de alrededor del 10% de la población. El trastorno depresivo tiene la peculiaridad de afectar de modo particular a las mujeres, el colectivo humano más afectado que duplica en las estadísticas más modestas existentes la proporción de hombres, erigiéndose en el principal componente del denominado estrés o síndrome del ama de casa.
Clínicamente, la depresión se caracteriza por un estado de ánimo afectado de una gran tristeza o desinterés generalizado, junto a un marcado descenso de la actividad física y psicofisiológica de la persona que la padece, manifestada a través de la falta de motivación, apetito y libido, por insomnio y, en los casos más graves, por la pérdida de las ganas de vivir y el suicidio. Sigue leyendo