TACONES LEJANOS

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Hoy en día, cuando hablamos de tacones, además de acordarnos del famoso refrán: “Fue a hablar de putas la tacones”, asociamos este complemento de la vestimenta con las mujeres. Sin embargo, aunque los lleven escondidos, muchos hombres hacen uso de los zapatos con alzas para poder tener una visión del mundo con un plano en picado… Y si echamos la vista atrás, muy atrás,  ya aparecen testimonios artísticos a modo de ilustraciones en el Antiguo Egipto en el que se representan hombres y mujeres sobre zapatos elevados. También los actores de la Antigua Grecia utilizaban los «kothorni»,  un tipo de calzado que se usó alrededor del siglo II antes de Cristo. Eran hechos con suelas de corcho de madera y medían entre 8 y 10 centímetros.  La altura de los zapatos servía para  diferenciar los estratos sociales de cada personaje en el escenario. Los tacones volvieron aparecer durante la Edad Media en Europa, época en la que  tanto  hombres como  mujeres usaban un tipo de calzado conocido como «estampados», que eran unas sandalias altas.

Todo ello, a pesar de que el origen del zapato de tacón lo datan en el siglo XV, cuando el uso de los estribos  en el manejo de caballerizas hacía necesario que el pie encajara firmemente durante las maniobras con caballos. Muestra de ello son algunos dibujos de Leonardo Da Vinci donde aparecen ilustraciones de zapatos de tacón alto relacionados con el manejo de los equinos.

Sin embargo, este uso del tacón con finalidad práctica lo adoptaron inicialmente en Persia, actual Irán,  allá por  el siglo IX. Al final del siglo XVI y al principio del XVII, muchos diplomáticos enviados por el Sha de Persia en su  primera misión diplomática a Europa, concretamente a las cortes de Rusia, Noruega, Alemania y España para conseguir alianzas contra el Imperio Otomano vestían zapatos de tacón. Después de su encuentro con los persas, los europeos tomaron los tacones no solo por lo prácticos que resultaban a la hora de montar sino como como símbolo masculino y de estatus.Mientras que los soldados se aferraban a sus estribos gracias al tacón, los aristócratas buscaban tener una apariencia viril, una masculinidad que de repente sólo podía alcanzarse desde las alturas.

Pero si de enaltecer la clase social se trataba, se llevan la palma las mujeres de la sociedad veneciana entre los  siglos XV y XVII, que utilizaban un tipo de calzado llamado chapín.  Cuanto más alto los chapines más alto el estrato de quien los lucía. Algunos llegaban a medir 50 centímetros, lo que hacía que las mujeres necesitaran de sirvientes para que les ayudaran a mantener el equilibrio.

Otro antecedente del zapato de tacón lo encontramos en la boda contraída  entre Enrique II de Francia y Catalina de Médici en el S. XVI, donde ella lució zapatos de tacón alto, ya que estilizaban la figura, que empezaron a popularizarse gracias a la celebración de este evento.

Tacones

Ya en el año 1660 un zapatero, de nombre  Nicolás Lestage, fabricó unos zapatos de tacón alto para el rey Luis XIV de Francia, que llegó a ser uno de los más notables coleccionistas de zapatos de la historia.  Al rey Luis le gustaba elevar su altura agregando 10 centímetros a sus zapatos, muchas veces decorados con escenas de batallas y siempre  de color rojo. Luis XIV marcó tendencia y esta moda de elevarse a las alturas  pasó a  Gran Bretaña donde el rey Carlos II de Inglaterra se subió al carro(o más bien al tacón).  Pero parece ser que el rey Luis XIV quería exclusividad y en 1670  firmó un edicto donde solo los miembros de su corte podían calzar zapatos con tacón y de color rojo, puesto que lo consideraba un símbolo de estatus, aunque no le sirvió de nada ya que  se hicieron múltiples imitaciones. Este diseño pronto hizo su variante para mujeres e incluso madame de Pompadour creó un estilo propio los «tacones pompadour».

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Para entonces las mujeres también usaban tacones, ya que había una tendencia por adoptar la moda masculina en las féminas. Pese a que los hombres europeos fueron los primeros que sintieron atracción por los tacones, las mujeres adoptaron elementos de su vestuario que se extendió también al de los niños. Giacomo Pirandelli, barón de “Styletto,” diseñó a finales de la década de 1760 un calzado con un vástago (tacón de aguja) cuya finalidad era facilitar  las maniobras ecuestres de los jinetes y al mismo tiempo servía como soporte para las espuelas, pero no estaba creado pensando en que las damas lo lucieran.

La obsesión por los tacones terminaría para el siglo XVIII. Durante la Ilustración la vestimenta era más sobria, sin joyas, ni colores brillantes ni ninguna señal de ostentosidad. Se le daba más importancia a la educación que a los privilegios. Es lo que se conoce como  la Renuncia del Gran Macho (los tacones  ya no eran símbolo de masculinidad, sino todo lo contrario).

La tendencia regresó a mediados del siglo XIX, cuando a través de la fotografía comenzó a cambiar la manera en que se veía la moda y la mujer. Los fotógrafos de desnudos captaban a una mujer que posaba manteniendo  posturas que recordaban a los desnudos clásicos, pero calzando tacones altos. Esto podría ser el comienzo de la asociación entre los tacones y la sexualidad femenina. El tacón en la mujer significara un símbolo de erotismo.

En el siglo XX  se lleva el tacón más bajo en las botas de vaqueros y en los  años 70 los hombres lucían zapatos de plataforma. En la actualidad las botas de cowboy y los tacones de flamenco  se reparten entre ambos géneros, pero además, los hombres que quieren aparentar más altos llevan zapatos con alzas.

Como veis, mientras que hoy en día usamos los tacones por razones estéticas, en el pasado se usaron debido a su practicidad y los primeros en lucirlos fueron ellos.

carmen-blue11-e1401998995764Carmen Blue

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