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Un amante, un amigo, alguien con quien nos llevamos muy bien, y que esa buena relación sea traspasada a la cama, a nivel sexual. Eso es un «amigo con derecho a roce».
En otros artículos ya os comentamos la importancia de separar sentimientos, aunque tengas un vínculo afectivo con esa persona, pero que no vaya más allá de la simple amistad, porque de lo contrario, y sobre todo las mujeres, tendemos a engancharnos a esa relación con la esperanza de que surja algo más “comprometido”. Y es que las relaciones de este tipo nos hacen más libres pero al mismo tiempo pueden ser un arma de doble filo si no mantienes ciertas reglas.
La más importante es que las emociones y los sentimientos no tienen cabida en este tipo de relación, los amigos con derecho solo lo tienen al sexo, no a tu corazón. Es la regla número uno. Si en algún momento se traspasa la línea es importante ser sincero con el otro, explicarle lo que te está sucediendo, lo que sientes. Si no eres correspondido lo mejor es cortar esa relación porque te puede llegar a hacer sufrir.
Otra regla fundamental es no ser celosa de tu “amigo”. En una relación de este tipo no hay sitio para los celos. Cualquiera de los dos puede mantener relaciones paralelas ya que entre vosotros no hay ningún compromiso. Vuestra relación no es sinónimo de monogamia. Tu relación es una aventura que si funciona se alarga en el tiempo pero que puede tener un final en cualquier momento, ya que ambos estáis expuestos a encontrar una pareja a la que queráis serle fiel.
Otro aspecto a tener en cuenta para mantener una relación con un amigo es no mezclarlo en tu rutina diaria ni con tus amigos o familia. Tiene que ser una relación furtiva, lo cual además le dará mucho morbo.
Nada de regalos, ya que esto implica algo más y crearía una cierta conexión sentimental, a no ser que los regalos tengan que ver con el sexo (algún juguetito, ropa interior…).
Muchas personas que mantienen una relación de este tipo afirman que es mejor no quedarse a dormir en casa de tu amante, ya que el hecho de compartir cama conlleva un acto más íntimo y emotivo y puede dar lugar a confusiones. Además, quedarse a dormir implica desayunar juntos, y ya se sabe, una cosa lleva a la otra, después acabarás quedándote a comer, llevando el cepillo de dientes, etc.
Algo a tener en cuenta antes de dar el paso de tener una relación más que de amistad con alguien que conoces es el riesgo a perder esa amistad si al final uno de los dos confunde el simple sexo con algo más. Si alguno de vosotros se llega a enamorar es muy difícil retroceder al punto anterior y seguir manteniendo una buena amistad. El que desarrolla sentimientos más allá del puro sexo puede llegar a sufrir mucho con esa relación. Por ello, es importante tenerlo claro y ser sinceros desde el minuto uno.
Para que funcione la relación con tu “amigo con derecho a roce” es necesario que se viva desde la madurez, desde el convencimiento de que lo que quieres es eso, sin ataduras ni compromisos.
¿Hay algún consejo más que quieras aportar, querid@?
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