NUERAS Y SUEGRAS, DE MAL EN PEOR

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Los yernos suelen ser más condescendientes con sus suegros, pero las nueras, ese es otro cantar. No estamos ante un fenómeno nuevo, pero en el ámbito familiar no hay batalla más dura que la que enfrenta a las nueras con las suegras. Es el punto negro en la gran mayoría de las familias, salvo que la nuera sea poco menos que Blancanieves y la suegra la tierna viejecita de Miss Daisy.

Como no estamos ante un cuento navideño, por lo menos aún, va a ser complicado ser neutral sobre un terreno de batalla en la que los sentimientos incontrolados dominan a los sensatez. Porque seamos claros, aquí de lo que se trata es de que se confundan los ‘roles’ y que el arquetipo de ‘mi niño’ que será por siempre jamás el hijo de sus entretelas, «al que tanto cuido y tanto mimo» se enfrente una intrusa que quiere poderes sobre su esposo, marido o pareja. Vamos, un galimátias psicológico que hacen que las señoras en conflicto desenfunden las armas y se den simbólicas tortas cada vez que pueden.

Hay esas escenas constritas de la madre doliente que se queja de que su nuera la maltrata y no le hace caso «es que no me puede ni ver, ya te lo dije, me tiene envidia y lo que quiere es que pierda de amor de hijo…. y de eso nada..». Por no decir la plática de la esposa en pleno fragor coital, «espera Pepe, por cierto, tu madre se mete en todo, debe darse cuenta de que su niño ya no es su niño, y no puedo permitirlo, habla con ella….venga, venga, dále, pero prométeme que vas a hablar…».

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Los números cantan. Tras 20 años de estudios la psicóloga Terri Apter en la Universidad de Cambridge se encontró con que el más del 60 por ciento de las mujeres opinan que la relación con sus respectivas suegras era hóstil o complicada contra un 15 por ciento de hombres que confesaban tener una mala relación con su suegra. Y es que se trata de una guerra de poderes y ninguna de las dos protagonistas quiere perder terreno.

¿Y qué hace el pobre hijo que es marido a la vez? Algunos estudiosos aseguran que estas batallas de influencia son para toda la vida. Raramente la sensatez gana terreno y siempre surgen las comparaciones que suelen ser odiosas. porque  ambas partes tienen que ver con la importancia que ambas mujeres quieren tener en la vida del hombre en cuestión.. Tanto la madre como la esposa reclaman cosas como: la quieres más a ella que a mí, porqué estás de su lado, porqué tomaste esa decisión sin consultármelo. Y al final el hombre es el que queda enmedio sin saber cómo no afectar a ninguna de las dos.

Según un estudioso del tema Eugene Pollar  la eterna pelea entre nuera y suegra surge a raíz de dos problemas principales: uno es la dinámica que existe entre esposo-esposa y el segundo es la mecánica que existe en la relación madre-hijo, la cual está en total competencia con el matrimonio mismo. «La crianza de los padres tiene mucha influencia, sobre todo cuando se trata de escoger a la mujer con la que debe casarse. Muchas veces se dice que los hijos buscan casarse ‘con sus madres’ y los que tuvieron relaciones difíciles con sus madres buscan a mujeres que sean totalmente opuestas a ellas. Así que la esposa es la última persona que entra en la escena y no entiende la verdadera naturaleza de la dinámica entre su esposo y la madre de éste», señala Pollard.

Suegra

¿Y el pobre señor que tiene que compaginar el papel de esposo y de hijo? Deberá mantener contentas a las dos, procurará complacerlas sin que ello suponga menoscabo alguno para la otra, deberá ser condescendiente con su madre y a la vez con su señora, tendrá que justificar a la una frente a la otra, deberá mediar, mostrarse conciliador, encantador y paciente, porque es la pieza codiciada que ninguna de las contrincantes quiere soltar. Un papelón, vamos, que merece, sin duda, un capítulo aparte.

avatar mini2La sombra

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