¿Sabíais que el primer vibrador no fue inventado con un fin placentero sino con otra función muy distinta? Pues sí, querid@s, el vibrador se creó con un objetivo terapéutico, para atender la histeria femenina.
¿Y qué era la histeria femenina? No es que las mujeres se vuelvan locas y necesiten autoexcitarse… Para entenderlo hay que remontarse a la época de clásicos como Platón e Hipócrates, que describen en un mito griego al útero como un órgano que no está estático, sino que deambula por el cuerpo de la mujer, causándole enfermedades cuando llega hasta el pecho.Esta teoría da cuenta al origen del nombre, pues la raíz proviene de la palabra griega para útero: hystera. En realidad, esa enfermedad fue diagnosticada a mitad del siglo XIX, basándose en esa interpretación del mito.
Durante la época victoriana,en la Inglaterra de 1880, fueron muchas las mujeres a las que les diagnosticaban esa enfermedad. Una de cada cuatro padecía algún tipo de histeria.
Los síntomas de las que la padecían iban desde dolor de cabeza y cuerpo, hasta ataques de llanto y risa, pesadez abdominal, insomnio,irritabilidad, pérdida de apetito, desfallecimientos, espasmos musculares y, en el peor de los casos, parálisis e incluso ceguera. Claro que con tan variada sintomatología prácticamente cualquier dolencia leve podía servir para diagnosticar histeria.
Los médicos que trataban a estas mujeres lo que hacían para curarlas era estimular la zona genital de la “enferma histérica” hasta conseguir llevarla al clímax, o lo que ellos denominaban llegar a un paroxismo histérico, que no es otra cosa más que un orgasmo con el que las mujeres conseguían liberarse de la histeria a la vez que liberaban tensión sexual. En algunos casos les practicaban un lavado vaginal. Al médico lo asistía una comadrona encargada de aplicarse un aceite en los dedos para facilitar la labor.
Sin embargo, la tarea de realizar el masaje pélvico en ocasiones resultaba agotadora, ya que algunas veces podía durar horas. Por ello, para facilitar el tratamiento de esta curiosa enfermedad, en 1880, Joseph Mortimer Granville inventó una máquina eléctrica con forma fálica, un vibrador, que podía introducirse en la cavidad vaginal para dar el masaje pélvico sin tanto esfuerzo para médicos y comadronas y sin lastimar a la histérica.
En el año 1952, la Asociación Americana de Psiquiatría declaró oficialmente que la histeria femenina no era una enfermedad, sino un falso mito anticuado.
Hay que darle las gracias a Joseph Mortimer por encontrar una solución eficaz y contundente que, para nuestra alegría, llegó hasta nuestros días…solo que nosotras, querid@s, no utilizamos el vibrador porque estemos histéricas, ¿o si?
Menuda historia! Bendita histeria no? Ahora hay muchas mujeres en el mundo contentas que se buscara un «remedio» en su día!
Dónde hay que firmar para que te curen a golpe de orgasmo? jaja
Qué historia tan curiosa! Y pensar que hoy en día hay vibradores a distancia y todo jaja. Me gustó mucho el post. Tengo que leer el resto de los de tu blog. Un saludo!
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