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Cuando hablamos de igualdad, tenemos que hablar de Carmen Iglesias. Ella es la nueva directora de la Real Academia de la Historia (RAH) desde el pasado 14 de diciembre, la primera mujer que dirige esta institución. Teniendo en cuenta que la RAH es un organismo muy conservador y más inclinado a perpetuar sus tradiciones, es todo un logro que por primera vez una mujer lleve el mando en sus 277 años de vida. No es la primera vez que Carmen es pionera, en su condición de mujer, en la dirección de otros organismos, ya lo fue del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales y también fue la primera en ser consejera nata del Consejo de Estado. Así mismo, fue una de las primeras historiadoras en recibir reconocimiento académico y profesional en un mundo con predominio masculino hasta hace unas décadas.
Y no fue la primera, pero casi, cuando en 1989 fue elegida académica de número de la RAH. Era la única mujer que estaba sentada en sus estrados y la segunda en la historia de esa institución, tras Mercedes Gaibrois, en la década de los 40.
Carmen Iglesias cuenta con una trayectoria profesional brillante y singular: Catedrática de Historia de las Ideas Morales y Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos I de Madrid y Catedrática de Historia de las Ideas y Formas Políticas de la Universidad Complutense de Madrid;especialista en Historia Moderna europea y española y en otros temas de historia y filosofía política de distintas épocas, gran conocedora del S. XVIII europeo y en la figura de Montesquieu; Miembro del Comité Ejecutivo de la International Society for Eighteenth Century Studies y también presidenta de la Sociedad Española de Estudios del S. XVIII; presidenta del grupo mediático Unidad Editorial; comisaria de exposiciones históricas de alcance internacional y organizadora de varios eventos culturales; ha colaborado en series de TVE como «Siete siglos», una crónica de la Universidad Complutense, y «Mujeres en la historia»; es autora de más de 200 publicaciones. Como anécdota, fue designada tutora de la infanta Cristina en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología para, más tarde, entre finales de los ochenta y 1993, impartir clases de Historia al actual Rey de España, Felipe VI.
Ha recibido, entre otras distinciones, la Ordre des Palmes Académiques del Gobierno de Francia, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, el Premio de Investigación Julián Marías de Humanidades y el Premio de la Academia Montesquieu de Burdeos. En 2011 fue nombrada cronista de la Villa de Madrid y en mayo de 2014, el rey Juan Carlos le concedió el título de condesa de Gisbert por su brillante e intensa labor académica y docente.
Ahora le esperan cuatro años de mandato en los que tendrá que lidiar con una institución que cada vez obtiene menos ingresos (ya sabéis, los recortes en cultura) y una imagen pública deteriorada tras la publicación del “Diccionario biográfico español”. Las reseñas de algunos personajes de la historia contemporánea española que aparecen en el diccionario se alejan bastante de la realidad y eso ha provocado numerosas críticas tanto a la publicación como a la RAH. Un claro ejemplo es la figura de Franco, al que el medievalista Luis Suárez, retrataba amablemente y sin definir como dictador. Otros personajes vivos, como es el caso de algunos políticos o las redactadas por la Casa del Rey sobre las infantas se encuentran totalmente desfasadas.
En la actualidad están trabajando en la versión digital de la obra, que la nueva directora tendrá que supervisar e intentar corregir los errores de la colección impresa.Para los próximos cuatro años, Carmen Iglesias se marca como objetivo una mayor apertura a la sociedad de la RAH, que la equipare poco a poco a la RAE.
Lo que está claro es que su cargo en la dirección de la RAH supone un nuevo hito en materia de igualdad y que algún día conseguiremos que esto de ser la primera vez que una mujer accede a un cargo, no sea noticia.
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