El caso de acoso sexual y laboral de la Capitán Zaida Cantera

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No conocía el caso de la Capitán Zaida Cantero hasta que el pasado fin de semana Jordi Évole lo trató en su programa Salvados de la Sexta. Después se hicieron eco del asunto determinados partidos políticos de la oposición en el Congreso, a los que parece que les pasó lo que a mí y se acaban de enterar ahora del asunto (modo irónico on).

No me gusta que se trate políticamente este suceso porque al final, como todo, se acaba desvirtuando al convertirse en una guerra de acusaciones cruzadas. Y lo que vimos en el Pleno del Congreso fue a un ministro de Defensa, Pedro Morenés, que no ha querido referirse al supuesto caso de acoso sexual y laboral de la Capitán Zaida Cantera. Sin embargo, se vanaglorió de la actuación en varios planes como la creación del Observatorio Militar de Igualdad y el desarrollo normativo en el Código Penal Militar y en el régimen disciplinario del Ejército.

Asimismo Morenés ha hecho un gesto bastante fuera de lugar pidiendo silencio al gesticular con el dedo sobre sus labios, lo que ha indignado a casi toda la Cámara, para en su intervención posterior pedir disculpas. Pero esto es solo la anécdota, lo importante es la lucha de la Capitán Cantera.

La militar ha denunciado que durante mucho tiempo fue víctima de acoso sexual y agredida sexualmente por el coronel Isidro José de Lezcano-Mújica. Lo denunció y el Tribunal Militar Central, en sentencia dictada el 8 de marzo de 2012, lo condenó a dos años y diez meses de prisión por delito de «abuso de autoridad», con trato degradante, ya que entonces el acoso sexual no estaba tipificado en el Código Penal Militar.

Después de denunciar el caso, ha sido ella la denunciada y víctima del acoso laboral por parte de otros muchos mandos, que le han hecho la vida imposible. El hecho de exigir justicia fue el inicio de una campaña de hostigamiento por parte de compañeros del condenado.

Llegaron a promover contra ella un proceso penal por delito de deslealtad, pero el caso fue desestimado como constitutivo de un delito. Sin embargo, fue sometida a un expediente disciplinario por falta grave de deslealtad, que se cerró limitándose a falta leve. Es como si tuvieran que castigarla sí o sí, simplemente por denunciar un hecho que resulta cuanto menos repugnante.

En la actualidad Zaida se encuentra de baja médica y lo único que quiere es renunciar a su vocación militar y salir del Ejército de Tierra. Humillada y debilitada por la desigual batalla que la condujo a un precario equilibrio psicológico, ha solicitado su baja definitiva del Ejército y el pasado año solicitó la incoación de un expediente de insuficiencia de condiciones psicofísicas para determinar si todavía posee las facultades para continuar en el Ejército. Pero sus mandos quieren un escarmiento y le niegan tal posibilidad, forzándola a una baja por motivos personales.

El expediente está en manos del Tribunal médico que lo remitirá a la Junta Médico Pericial, y de ahí pasará al Ejército de Tierra. Éste último debe remitirlo a la Dirección de Personal del Ministerio de Defensa, que lo enviará a Pedro Morenés, quien firmará la resolución final. ¡Bendita burocracia!

El Ministerio de Defensa tiene previsto resolver a finales de abril este caso. Zaida Cantera ya había pedido por carta amparo y ayuda al ministro de Defensa, pero éste se la negó, según sus palabras.

Lo único que dejan al descubierto estos hechos es que, a pesar de presumir de unas instituciones igualitarias, existen gravísimas deficiencias que se deben corregir, sobre todo en lo que concierne a las Fuerzas Armadas. No puede ser que se utilice el sistema jerárquico, que será adecuado para una situación de combate, para encubrir abusos y violaciones sobre los derechos y libertades de las personas que integran dicha institución.

En el caso de Zaida Cantero, no le dieron importancia al hecho en sí, sino a si ha habido insubordinación o abuso de autoridad. Vemos, una vez más, como en lugar de proteger a las víctimas se prioriza el hecho de mantener la disciplina.

Y es que ni todos los militares son machistas ni tampoco insensibles a temas como este, pero ya se sabe que, como en todo, existen excepciones. Lo que es triste es que con todo el camino recorrido en la lucha por la igualdad, las mujeres tengamos que vivir situaciones de este tipo a nivel laboral.

carmen-blue11-e1401998995764Carmen Blue

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