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Los cimientos de la conservadora sociedad del S XX temblaron con la existencia de Elisa y Marcela. Hace algo más de un siglo, concretamente 104 años antes de que Zapatero promulgara la ley que permite los matrimonios entre personas del mismo sexo, esas dos mujeres ya habían pasado por el altar.
Marcela y Elisa se casaron el sábado 8 de junio de 1901 en la iglesia coruñesa de San Jorge. Lo hicieron muy temprano, con discreción, a las siete y media de la mañana. Al acabar la ceremonia la pareja se hizo un retrato en el estudio del fotógrafo francés José Sellier, que sirvió para dejar constancia de su matrimonio.
Su inaudita historia se desarrolla en tres países del mundo: comienza en el pequeño y hermoso pueblo de Dumbría, A Coruña, continúa en Oporto (Portugal) y termina en Buenos Aires (Argentina), donde se les pierde la pista.
Elisa Sánchez Loriga y Marcela Gracia Ibeas se conocieron en la Escuela de Magisterio de A Coruña, convirtiéndose en maestras e inseparables amigas. Marcela tenía 18 años y Elisa, 23. La relación entre las dos chicas fue intensa desde el primer momento, sentían la necesidad de estar juntas siempre. Y es así como nace la historia de amor de dos mujeres valientes que lo único que querían era normalizar su convivencia y llevar una vida tranquila y anónima en Dumbría, la pequeña localidad de A Costa da Morte. Consiguieron casarse por la iglesia gracias a que Elisa adoptó una identidad masculina. Para ello las amigas fingieron enfadarse y Elisa se fue un tiempo A Coruña para transformarse en Mario Sánchez, un supuesto primo suyo: se cortó el pelo y empezó a usar trajes de chaqueta y a fumar. Aunque era muy complicado burlar los prejuicios morales y religiosos de aquellos años grises de la Restauración, consiguieron llevar a cabo su engaño. Elisa volvió como si fuera su primo y se casó con Marcela. Pero pronto fueron descubiertas y tuvieron que huir. Se escaparon a Oporto, dónde también se dieron cuenta del engaño y las arrestaron. Elisa, travestida de Mario, trataba de negar que era una mujer, pero dos médicos la reconocieron y concluyeron que su sexo era femenino. Las gallegas pasaron 13 días en prisión hasta que el juez las dejó en libertad por la presión popular, ya que el pueblo creía que solo eran unas pobres desgraciadas. Continuaron viviendo en Oporto en relativa tranquilidad hasta el Día de Reyes de 1902, que volvieron a ser noticia: Marcela tuvo una niña no se sabe quién. Supuestamente, fue otra estrategia para dar más credibilidad al matrimonio con Elisa teniendo descendencia. Los periódicos hacían burla de la nueva situación con titulares como: «Marcela ha tenido una niña de generación espontánea, como las lombrices». Entonces, bajo la presión de la prensa y las burlas del pueblo portugués, decidieron emigrar a Buenos Aires. Allí comenzaron a trabajar de sirvientas y debido a las largas jornadas laborables apenas se podían ver, así que idearon una nueva estrategia: el 30 de septiembre de 1903 Elisa se casó con Christuan Jensen, un danés de 64 años al que no le quedaban muchos de vida. Elisa estaba siempre de mal humor y se negaba a consumar el matrimonio. Jensen comenzó a tener sus dudas. Viajó a Buenos Aires en busca de información, se enteró de todo y las denunció. Tras este suceso se perdió la pista de las gallegas y de su hija y nunca se llegó a saber si consiguieron por fin vivir tranquilas o tuvieron que seguir huyendo.
Sin embargo, el acta de la boda de las enamoradas invencibles y libertarias nunca fue anulada.
Si el 22 de julio de 2005 las cámaras de televisión, los fotógrafos y los periodistas intentaban tener la exclusiva de la boda de las primeras mujeres que se casaron por la ley de Zapatero, estrenando así la reforma del Código Civil, nuestras Marcela y Elisa no fueron menos. Su boda fue difundida por toda España y por varios países europeos. Titulares como: «Novios de contrabando», «Asunto ruidoso. Un matrimonio sin hombre», «Un folletín en acción. Dos mujeres que se casan», «España, país de locos»…
Su curiosa historia se recoge en un libro escrito por Narciso de Gabriel (O Cádavo, Lugo, 1955), catedrático y decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de A Coruña, que ha investigado durante 15 años la vida de estas dos mujeres rastreado periódicos antiguos, ficheros, registros y consultando en varias bibliotecas. El libro «Elisa y Marcela. Más allá de los hombres”, se publicó primero en gallego y, en 2010, en castellano. Antes que él, el colectivo coruñés Milhomes reivindicó las figuras de Marcela y Elisa como precursoras del feminismo y la lucha contra la discriminación sexual.
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