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El inconformismo va unido a la desnudez. No son pocos los que se mostraron y se muestran como dios los trajo al mundo para reivindicar, protestar y mostrar su disconformidad con situaciones que consideran injustas.
Hay miles de ejemplos. Quién no recuerda a Marlon Brando en la obra maestra de Bernardo Bertollucci, en el ‘Ultimo tango en París’ cuando en un café solitario de la capital parisina baila con una tentadora Maria Schneider un tango tan sublime que despierta las protestas de los aburguesados que se encontraban en el lugar y como Brando es expulsado con su amante mostrando su trasero al mundo. Qué maravilla de escena. Algún día hablaremos largo y tendido de esta obra maestra del mundo del cine.
Y quien no conoce a las activistas que muestran su repulsión a la matanza de animales para comerciar sus pieles desnudándose y escenificando en plena calle los hechos, como aquellos que protestan enseñándose tal cual contra aquellos que participan y también permiten que la muerte del animal sea a través de una fiesta o en jolgorios pueblerinos tercermundistas, donde los toros, por ejemplo, son humillados y torturados.
Y también esta Femen. ¿Quiénes son?. Estamos ante un grupo radical feminista que ha conseguido fama mundial a costa de acciones espectaculares, caracterizadas por presentarse sus miembros desnudas de cintura para arriba y utilizar sus pechos para escribir mensajes reivindicativos, forma de protestar que sus activistas denominan sextremismo.
Femen fue fundado en Kiev en 2008, en un principio para luchar contra el turismo sexual en Ucrania y la trata de blancas, aunque casi desde sus inicios incluyó entre sus reivindicaciones la lucha contra las instituciones religiosas, con un radicalismo anticlerical claramente excesivo, y el fin de todo tipo de sexismo.
El objetivo del grupo según Anna Hutsol, su fundadora, es escandalizar a los sectores conservadores de la sociedad. La espectacularidad de sus acciones hizo que fueran rápidamente conocidas dentro del movimiento feminista europeo y de otros países como Israel. En 2013 se creó Femen España, tras los problemas encontrados con la sección de Túnez ese mismo año. La primera acción de las Femen españolas fue precisamente delante de la embajada tunecina para solicitar la excarcelación de compañeras de la organización.
Los cuerpos de las voluntarias de Femen son su arma de combate. Lo fueron en el hemiciclo del Congreso como antes lo fueron en Davos, Túnez, Rusia, EEUU o Brasil. Los pechos al aire son una garantía para atraer a los medios de comunicación. Aseguran como mínimo 20 segundos en los informativos de televisión. En las páginas web pasan muy rápido de noticia del día a pieza de fotogalería. En el apartado protestas, las chicas de Femen juegan con ventaja.
Femen es un feminismo que enseña las tetas, pero la mayor paradoja es que fue una persona decisiva en su lanzamiento –según algunos, casi su fundador– fuera un hombre, Victor Svyatski, de 36 años. No resulta muy feminista que un grupo de mujeres activistas esté en realidad dirigido por un hombre y menos un individuo que maltrataba a las chicas por considerar que se mostraban muy débiles a la hora de mostrar su inconformismo. Con todo, fue defenestrado, y las acciones de protesta de este grupo mantiene la línea de radicalización y contundencia en todo el mundo.
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