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El 7 de octubre es la fecha elegida desde el año 2008 por distintas organizaciones de trabajadores para sensibilizar a responsables políticos y ciudadanos acerca de la importancia del Trabajo Decente y Digno.
El trabajo decente fue definido por la Organización Internacional del Trabajo, como aquel trabajo productivo desarrollado en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad humana, plasmado a través del respeto de los principios de igualdad de género y de no discriminación.
Trabajo decente es aquel que permita disfrutar de una vida digna para los trabajadores del mundo y sus familias.
Trabajo decente es aquel que consigue cumplir las aspiraciones de las personas durante su vida laboral, que le da la oportunidad de acceder a un empleo con unos ingresos justos, un empleo con perspectivas de desarrollo personal, un empleo en el que exista seguridad en el lugar de trabajo e igualdad de oportunidades.
El Día del Trabajo Decente sirve también para poner en el punto de mira la integración social de las personas y la igualdad de género.
¡Qué bien suena todo esto! Sin embargo, muchos estaréis de acuerdo conmigo en que cada vez hay más precariedad laboral y la reforma del gobierno en funciones solo ha hecho empeorar las perspectivas de la población activa. Y ya ni hablar de la igualdad de mujeres y hombres a la hora de acceder a determinados puestos de trabajo y a cobrar un salario igualitario, que sería lo justo.
Largo es el camino que queda por recorrer en lo que llamamos el primer mundo, pero más largo es todavía en otros lugares que nos suenan lejanos pero que también pertenecen a este Planeta y están poblados de personas que podríamos ser tú o yo si nos hubiera tocado nacer allí. En Asia o en África, allí donde invierten las grandes compañías de Occidente, donde instalan sus fábricas, sus hoteles de lujo, sus cadenas de restaurantes, allí no existe trabajo decente.
Durante la Asamblea General de las Naciones Unidas celebrada en septiembre del pasado año, se hablaba de que el empleo productivo y el trabajo decente son factores clave para alcanzar una globalización justa y reducir la pobreza. Los elementos fundamentales para la ONU de la nueva Agenda 2030 del Desarrollo Sostenible son la creación de empleo, protección social, derechos en el trabajo y diálogo social.
Desde luego hay que seguir trabajando para conseguir entre todos esas metas, que en época de crisis nos resultan más inalcanzables todavía.
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