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Hoy 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón de la mano de la Organización Mundial de la Salud y la Federación Mundial del Corazón.
El objetivo de este día es dar a conocer a todo el mundo las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud(OMS), las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en todo el mundo, también en nuestro país. Enfermedades como el infarto de miocardio y el accidente cerebro vascular se cobran cada año 17 millones de vidas.
Las cardiopatías más comunes están relacionadas con la obstrucción de las arterias o venas, la alteración del ritmo cardíaco y la presión con la que viaja la sangre, o una lesión que afecte directamente al músculo.
El corazón es un órgano fundamental de nuestro cuerpo. Es el centro de la fuerza vital, nuestro motor. Su acción proporciona la fuerza requerida para que la sangre, que equivale a alrededor del 7% de nuestro peso corporal, circule a través de las arterias y venas de nuestro organismo. El corazón humano late 80 veces por minuto. Nuestro músculo bombea rítmicamente la sangre oxigenada del corazón a los tejidos. Así, los nutrientes llegan a todas las células para que puedan realizar sus funciones.
Debemos cuidarlo. Además, simbólicamente siempre hacemos referencia al corazón para expresar nuestros más profundos sentimientos. No solo es nuestro motor físico, también es el centro de nuestra sensibilidad.
Existen diversos factores que pueden hacer que nuestro músculo se resienta: alimentación inadecuada, tabaquismo, hipertensión arterial, sedentarismo, diabetes, estrés, obesidad, colesterol, genética…
Es necesario, tanto a nivel individual como colectivo, favorecer los entornos y volverlos más saludables, logrando evitar enfermedades al corazón, ya sea en los hogares, en el trabajo, en las ciudades.
Además, a nivel individual se pueden tomar medidas para prevenir las enfermedades cardiovasculares, como cambios en la dieta y un estilo de vida más saludable. Por ejemplo, hacer una dieta rica en fibra, con verduras, frutas, pescado y granos de cereales; controlar la ingesta de sal; realizar ejercicio físico de forma regular, evitar fumar y beber alcohol… Una dieta cardiosaludable disminuye los triglicéridos y el colesterol, reduce la presión arterial, regula los niveles del azúcar en la sangre, ayuda a mantener el peso ideal, combate el estrés, previene la diabetes, evita la adiposidad abdominal y, sobre todo, reduce el riesgo de un infarto en un 80%.
Te lo pido de corazón, querid@, cuida tu corazón.
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