DÍA DE DARWIN

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Si Charles Robert Darwin fuera un joven del S. XXI  probablemente lo catalogarían como un Ni-Ni. Es cierto que no encajaba en ninguna de las opciones que su padre le planteaba para forjarse un buen futuro. Incluso él mismo llegó a escribir en su autobiografía que hubo un momento en su vida que pensó en no hacer nada y vivir de la herencia paterna…

¡Menos mal que eso no fue así! Los descubrimientos científicos de Darwin son hoy en día, con sus modificaciones, el acta fundacional de la biología como ciencia. Motivo más que suficiente para dedicarle un día. Hoy, coincidiendo con el aniversario de su nacimiento (12 de febrero de 1809), se celebra el Día de Darwin (International Darwin Day), con el fin de resaltar la contribución a la ciencia y a promover su práctica.

Nacido en Gran Bretaña, era el quinto de seis hermanos. No destacaba por ser el más listo, ni aplicado, era más bien corriente, tal y como se define en su autobiografía. La escuela le resultaba aburrida y lo único que le apasionaba era la caza, salir al campo y observar la naturaleza. Su padre, médico y hombre de negocios acomodado,  le llegó a decir que sería la desgracia de la familia. Con 16 años lo envió a la Universidad de Edimburgo para estudiar medicina, pero sin éxito. Más tarde lo envió a la Universidad de Cambridge con la idea de que estudiase algo que le convirtiera en un ciudadano de bien e incluso le buscó un profesor particular para que le sirviera de apoyo. Darwin no asistía a las clases. Salía a cazar y coleccionaba escarabajos. La naturaleza lo tenía fascinado: orquídeas, líquenes, escarabajos, tortugas…

Su vida toma sentido cuando le ofrecen un puesto como naturalista (aunque sin retribución) para el capitán Robert FitzRoy, en el Beagle. En un primer momento su padre se opone, pero tras la intercesión de su tío acaba cediendo y Darwin zarpa en una expedición para cartografiar la costa de América del Sur, dando la vuelta al mundo.

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El viaje duró cinco años en los cuales recorrió y observó la flora y fauna de diversos lugares: Cabo Verde, Brasil, Chile, Argentina, Islas Galápagos, Australia… Fue para él el acontecimiento más importante de su vida. Durante esos años se dedicó a lo que realmente le hacía sentir realizado: observar  animales, plantas, diseccionarlos, estudiarlos y tomar apuntes para posteriormente formular teorías.

Y entonces llegó uno de sus grandes descubrimientos: las especies no son estables sino que evolucionan adaptándose al medio. Esta teoría se puede aplicar a todos los seres de la naturaleza: insectos, plantas, animales… y el ser humano(de quien afirmó que desciendía del mono).

Esta idea de la evolución biológica a través de la selección natural, la deja plasmada en su obra “El origen de las especies”(1859) en la que utiliza  numerosos ejemplos extraídos de su observación de la naturaleza.

Como reconocimiento a su extraordinaria aportación,  fue uno de los cinco personajes del siglo XIX que sin pertenecer a la realeza del Reino Unido fue honrado con funerales de Estado,  y sepultado en la Abadía de Westminster, próximo a John Herschel e Isaac Newton.

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Carmen Blue

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