De luto

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Por si alguien pensaba que la profesión periodística se encontraba a salvo de cualquier ataque, ayer mismo tuvimos un claro ejemplo de que esto, por desgracia, no es así, y si no a los hechos me remito.
Y es que tres, fueron tres los que pistola en mano entraron pegando tiros en las dependencias del Seminario Satírico y progresista Charlie Hebdo, emblema de la libertad de prensa europea, quien ya había sido señalado como objetivo por grupos integristas islámicos a causa de unas caricaturas hechas de Mahoma.
Por lo visto sí que se puede caricaturizar al Papa o a cualquier otro líder espiritual menos a este.
Con esta salvaje acción estos asesinos lograron matar a 12 personas, la mayoría miembros de la redacción del seminario, entre los que se encontraban su director, conocido como “Charb”, y algún que otro agente policial; a la vez que dejaban un reguero de heridos a su paso mientras proclamaban sin cesar la frase: “Alá es grande”.Y yo me pregunto: ¿qué demonios hay de grande en matar gente? Ni idea, aún estoy esperando que uno de esos que defienden a estos grupos me lo explique.
Sin quererlo, muchos fueron testigos involuntarios de como la sinrazón le ganó la batalla a la tolerancia, a la libertad de expresarnos libremente y sin tapujos, a no tener un pensamiento único y a poder expresar con palabras lo que cada uno piensa mientras no atente contra los derechos fundamentales del otro.
A permitir que la ciudadanía opte entre diferentes puntos de vista, entre diferentes ideologías, entre diferentes opciones.
Ayer todos fuimos franceses, como antes el resto de países fueron estadounidenses, americanos, españoles o ingleses; ayer muchos nos sentimos, aún sin serlo, periodistas, profesionales de la información; y ayer todo el mundo profesó un sentimiento de repulsa contra los asesinos de la libertad. Una libertad que por más que los violentos, mercenarios del terror, se empeñen en menoscabar, se hace más grande cada día que pasa.
Porque ese es el arma fuerte que utilizar contra el terror: la información. Una información que a ellos no les gusta porque demuestra su verdadera cara, su verdadera alma, su verdadera imagen.
Y Repito que fueron 12 los muertos, 11 los heridos, y tres los causantes de dicha calamidad. Un enorme número de personas que a partir de esos instantes verá su vida destruida drásticamente.
Resulta triste tener que hablar de ello, tener que dar la noticia, tener que hacerles un hueco a los terroristas en la prensa que han intentado censurar, eliminar. Y sí, hablo de censura porque no puedo calificarlo de otra forma. Porque esto no ha sido sino una especie de advertencia a los demás medios, una proclama acerca de lo que se puede decir, de lo que se puede hablar. Nos han dicho: ¡ojo, con esto no!
Es como cuando alguien escribe un artículo y recibe un mensaje privado diciéndote: “te has pasado un montón”; y te deja con mal cuerpo todo el día porque lo único que has hecho es expresar una opinión, errónea o no, pero la tuya.
Sin embargo creo que casi todos los medios y las personas que trabajan en ellos estarán de acuerdo conmigo cuando digo: NO.

LUCINDAG

Lucinda gray

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Un pensamiento en “De luto

  1. Khaleesi

    Lamento mucho los atentados ocurridos en los últimos días, pero creo que tenemos que reflexionar con los atentados que suceden TODOS LOS DÍAS y que nada tienen que ver con la religión, sino con intereses políticos y económicos. En Palestina muere mucha gente todos los días, pero eso no sale en las noticias y cuando sale parece que ya estamos acostumbrados. Este atentado, por el lugar, el simbolismo,etc. resulta escandaloso, pero las vidas de esos periodistas no valen más que las de las personas que mueren todos los días fuera de las fronteras de occidente.

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