Por si alguien pensaba que la profesión periodística se encontraba a salvo de cualquier ataque, ayer mismo tuvimos un claro ejemplo de que esto, por desgracia, no es así, y si no a los hechos me remito.
Y es que tres, fueron tres los que pistola en mano entraron pegando tiros en las dependencias del Seminario Satírico y progresista Charlie Hebdo, emblema de la libertad de prensa europea, quien ya había sido señalado como objetivo por grupos integristas islámicos a causa de unas caricaturas hechas de Mahoma.
Por lo visto sí que se puede caricaturizar al Papa o a cualquier otro líder espiritual menos a este.
Con esta salvaje acción estos asesinos lograron matar a 12 personas, la mayoría miembros de la redacción del seminario, entre los que se encontraban su director, conocido como “Charb”, y algún que otro agente policial; a la vez que dejaban un reguero de heridos a su paso mientras proclamaban sin cesar la frase: “Alá es grande”. Sigue leyendo
