COMPRENSIÓN LECTORA

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En una entrada anterior de QuéChic argumentábamos lo importante que es desde niños aprender a escribir a mano y continuar haciéndolo a pesar de la irrupción de las nuevas tecnologías. En esta ocasión queremos destacar la necesidad de la lectura para activar nuestro cerebro, adquirir destrezas y nuevos conocimientos.

Pero leer no solamente es sumar palabras, es necesario comprender lo que se lee.

A muchas personas no les gusta leer, algunas ponen como excusa la falta de tiempo y a otras simplemente les resulta aburrido. En ambos casos, es probable que lo que suceda es que no leen lo que debieran ni cómo debieran.

Se puede leer y aprender más en menos tiempo, con mejor comprensión y memoria.

La velocidad promedio de lectura varía: un lector lento lee un máximo de 100 palabras por minuto; un buen lector  400 palabras.  La media en Europa y América está en 200 palabras, por lo tanto se puede mejorar para que la lectura sea más rápida y al mismo tiempo efectiva. En realidad, si llevamos a cabo una serie de métodos de lectura y comprensión ágil podremos leer más palabras por minuto y aprovechar más el tiempo, de hecho los estudios determinan que tenemos el potencial para leer 1.000 palabras por minuto con muy buena comprensión (el récord mundial alcanza las 4.700 palabras).

Si una persona es lenta leyendo es probable que caiga en el aburrimiento mucho antes de meterse en la historia. La lectura lenta no ayuda a la comprensión ni a la concentración, de hecho el cerebro funciona mejor cuando se le permite trabajar con rapidez. Cuando leemos la vista juega un papel fundamental, si la utilizas bien serás capaz de escanear las páginas, de leer agrupando palabras y hasta renglones enteros con un solo vistazo. Toda esa información se envía al cerebro para que pueda hacer frente al significado de lo leído. Poseer agilidad en la lectura es muy útil sobre todo si tienes un trabajo en el que tienes que leer una gran cantidad de información ya sean libros, informes, correos, etc.  Ni qué decir tiene que para un  estudiante es más necesario leer rápido, sin embargo, la lectura ágil no solo es leer rápidamente, también hay que comprender lo que se lee.

libros

Existen técnicas de lectura ágil que nos pueden ayudar a conseguir nuestros objetivos. Lo principal si se trata de leer un libro, es escoger bien la lectura (si no te gustan las novelas policíacas no intentes leer una). Infórmate un poco sobre el autor y sus obras, así cuando leas algo suyo serás capaz de comprenderlo mejor y a medida que avances en la lectura decodificarás las palabras, frases, párrafos e ideas del autor con más facilidad. El autor de una obra no es una persona neutra, sino que tiene unos conocimientos, una cultura y unas intenciones que se plasman en el texto y que el lector debe llegar a interpretar. Su obra se enmarca en una época histórica y dentro de una cultura determinada. Si tienes que leer algo por obligación (del trabajo o estudios), debes plantarte ante ello haciéndote la pregunta correcta: ¿cómo puedo aprender esto más rápido y con menos esfuerzo?

Pues bien, cuando comiences a leer cualquier texto utiliza estas dos fases para establecer una idea general, entrar en materia y familiarizarte con él:

Skimming, que es la acción de leer por encima, tratando de buscar una impresión general del texto. Esto implica la búsqueda de las ideas principales mediante la lectura de los párrafos primero y último, teniendo en cuenta otras señales de organización, tales como resúmenes, utilizado por el autor.

Scanning es la acción de analizar un texto rápidamente sin leerlo por completo, para sacar información valiosa.La exploración es una habilidad que requiere leer rápidamente en la búsqueda de información específica. Para escanear un texto  debes comenzar en la parte superior de la página y luego mover los ojos rápidamente hacia la parte inferior. En general, la exploración es una técnica que es útil cuando estás buscando una respuesta a una pregunta concreta.

Las imágenes e ilustraciones de un texto también nos ayudan a una rápida comprensión. Incluso, para que el cerebro tenga una idea general, es decir, para que adquiera un patrón, podemos leer los primeros y últimos párrafos, en el caso de una novela la portada y contraportada. Se trata de examinar el texto para posteriormente realizar una lectura del mismo, sacando el máximo partido de un cerebro al cual hemos facilitado la absorción de información y la concentración.

Practica estas técnicas y conseguirás la habilidad necesaria para aprender información rápidamente, algo fundamental en el Siglo de las prisas y la información.

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Carmen Blue

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