ALOE VERA

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El Aloe Vera o Sábila (Aloe Barbadensis Miller) es una planta perenne perteneciente a la familia de las liliáceas, al género de los asfódolos. Tiene el  tallo corto y grueso y almacena agua en sus hojas, cuyo uso está muy extendido en la industria cosmética, farmacéutica y alimentaria.

Es reconocida como una planta medicinal muy popular que se ha utilizado durante miles de años como tratamiento para heridas de la piel, como quemaduras, llagas y úlceras. Ya en la antigüedad se pensaba que el aloe vera era un verdadero milagro por sus capacidades curativas.  Por ejemplo, se plantaba alrededor de las pirámides del antiguo Egipto, y varias reinas egipcias, como Nefertiti y Cleopatra, parecen haberlo usado para cuidar su piel.

La planta contiene más de 200 sustancias activas, entre ellas numerosos minerales, aceites, ácidos grasos (oleico y linoleico), aminoácidos y el ácido salicílico, que es analgésico. También presenta una alta concentración de las vitaminas A, C y E,  que ha suscitado el interés de los científicos. Estas vitaminas desempeñan un papel importante en la protección de las células de la piel. Además de su alta concentración de vitaminas del grupo B que, según los investigadores, pueden estimular y multiplicar por cinco el metabolismo de la piel y regenerar las células.

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A esta  propiedad de regenerar las células de la piel, hay que añadirle su acción digestiva, su efecto depurativo,  contra el estreñimiento,  para la regeneración de tejidos internos, la eliminación de hongos y virus, tiene efecto analgésico, protege el sistema inmunitario y posee acción antiinflamatoria. El aloe vera tiene propiedades terapéuticas únicas, sobre todo cuando se aplica como pomada sobre la piel y las encías. Se puede usar como tratamiento para úlceras bucales, llagas y quemaduras.

Las sustancias activas que se usan en el cuidado de la piel no se encuentran en la corteza sino en el interior de la hoja, en una especie de gel. Aplicando el gel localmente, es capaz de evitar y favorecer la desaparición de las ampollas; se puede aplicar sobre varices y venas varicosas; combate las irritaciones cutáneas; alivia el escozor y picor  provocado por las picaduras de insectos, ortigas o medusas;  es muy efectivo para eliminar o difuminar cicatrices y otras marcas en la piel (estrías). Gracias a su poder analgésico y antiinflamatorio es eficaz para combatir: tendinitis, lumbago, dolores musculares o en las articulaciones, esguinces,  y para calmar el dolor de pies y piernas cansadas. También en casos de artritis y reuma se puede ingerir o aplicar localmente. Evita el acné, y en caso de padecerlo ayuda a su eliminación. Después del afeitado o depilación ayuda a que la piel se recupere antes y además evita que aparezcan rojeces y granitos. Calma la irritación causada por pañales. Aplicando el gel o pulpa localmente favorece la desaparición de las hemorroides. Dando un masaje en el cuero cabelludo con el aloe lo mantendremos sin caspa y sano. Elimina las manchas de la piel, especialmente las causadas por el sol.

Sin embargo, como todo, también tiene sus contraindicaciones: contiene una sustancia activa llamada aloína, que se encuentra en la corteza de la hoja y que se conoce sobre todo por su fuerte efecto laxante, que puede producir efectos secundarios como alteraciones de la tensión arterial y fallos renales.

Seguro que much@s de vosotr@s habéis utilizado el aloe en alguna ocasión. ¿Nos contáis vuestra experiencia?

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Carmen Blue

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