UNA DE BRUJAS

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La práctica de la brujería como medio en emplear determinadas artes, que no malas siempre, para conseguir un objetivo, viene anclada en los tiempos. Es una práctica demoníaca que nació y creció en Europa central pero que, en sus distintas variantes, fue la respuesta del pueblo a unos dogmas cristianos que no daban solución efectiva a los problemas cotidianos de la gente. ¿Son las brujas una consecuencia de la pobreza que reinó en Europa durante el medievo y que se extendió como la pólvora a causa de los buenos resultados de sus malas prácticas? Probablemente sí, aunque son los estudioso del tema los que tienen todas las respuestas y algunas de ellas de un enorme interés.

En esto que podemos estar de acuerdo que las brujas no han tenido muy buena prensa. Hoy en día cuando queremos insultar o menospreciar a una mujer empleamos aquello de que «eres una bruja» o «esto parece cosa de brujas» etcétera. La práctica de la brujería. sin embargo, puede ser el camino más sencillo para obtener muchas cosas que deseamos con ansiedad y que nos podemos conseguir con nuestras propias fuerzas. Todo el mundo conoce de las pócimas milagrosas para conseguir los favores de la amada o del amado que estaban elaboradas gracias a la mezcla de algunas sustancias y que se mostraban como infalibles. Tampoco nos es desconocido que era posible emplear malas artes para hacer daño a determinadas personas y que las brujas sabían dirigir con una certeza que daba miedo. ¡Zas y se acabó!

descarga ¿Hay bruja buena? Bueno si nos vamos a las comedias americanas de ‘Embrujada’ o a las tórridas tierras del fango escocés y de las meigas gallegas, que ‘haberlas haylas’, nos topamos con una extraña mezcolanza de sentimientos. No es que la adoración del diablo y los pactos con él atraiga mucho al personal pero no cabe duda que el morbo de lo oscuro y de lo prohibido gusta a mucha gente. Algunas de ellas aburridas y otras no tanto. Dicen que todas las mujeres tienen algo de brujas porque emplean sus artes femeninas para conseguir lo que quiere. Antes de que salten las inevitables feministas, hay que subrayar que las primeras mujeres que se dieron al noble arte de la investigación natural y al estudio del alma humana y de sus múltiples debilidades se debe a la brujería. ¿Es un arte la brujería, pues? Yo diría que sí, aunque de miedo. Sin embargo huyamos de los tabúes. Hay tanto que decir de las brujas que nos vamos a detener en solo algunos aspectos relacionados con su actividad que nos pueda interesar, para así no caer en lo cansino. ¿Desde cuando se reconocen oficialmente las brujas para el catolicismo? Pues según he leído fue el Papa Inocencio VIII quien lo confirmó y comenzó a darles nombres y apellidos. Pero, ¿cuando comenzó en verdad la cacería de brujas? Hay que retroceder a un librito escrito por Jacup Sprencer y Henrich Kramer llamado ‘Malleus Maleficum’, en el que expone los peligros de la presencia de Satanás en la tierra y de sus principales interlocutoras, las brujas. Otro mito que recibimos a diario de las brujas era saber si volaban o no y si en una escoba mejor. No tanto pero los curiosos deben saber que los ritos que empleaban estas mujeres, y algunos hombres pero menos, era la utilización de un planta llamada mandrágora, que causaba alucinaciones y visiones extrañas. Vamos como lo que se meten un buen chute hoy en día, que de alguna manera vuelan y vuelan hasta estrellarse, claro. Las mujeres se frotaban en su cuerpo con esta planta generando una sensación de vuelo. ¿Volaban pues? Sí que volaban, mire usted.

brujavoladora

A nadie le debe extrañar que la estrecha Iglesia Católica no les gustara estas prácticas demoníacasCristo y Satanás nunca llegaron a firmar un pacto de no agresión y, por ahora, siempre salió peor parado el equipo demoníaco. ¿Qué no? Entre 1480 y 1750 se practicó con saña la cacería de brujas, tanto que en América del Sur, con sus pobres indios sometidos a la tiranía de los conquistadores españoles y de su curia de acompañantes y en Europa, se llegaron a asesinar entre 40.000 y 60.000 personas. ¿Qué pruebas empleaban para acusarlos? En verdad que los dominicos, por ejemplo, no necesitaban más que la inspiración divina para enviar a las mujeres a las hogueras, aunque por ejemplo el tener una marca de nacimiento era una prueba irrefutable de que el demonio habitaba en las entrañas de esa mujer. Esto por no contar con las desviaciones sexuales de los puros y castos religiosos que para acometer la dura tarea de saber si una mujer era bruja o no tenían que desnudarla, examinarla y probarla, aunque esto último en la intimidad, claro. El último eslabón, una vez satisfecho de los favores de la infiel, era quemarla viva. Por lo tanto esto de los ‘vivos’ de la iglesia no es cosa de ahora, que ya lo practicaban con éxito desde hace unos siglos. Para concluir con esta breve introducción en el apasionante mundo de la brujería les aclaro que no todas las brujas fueron enviadas al fuego purificar por la Santa Inquisición. Las brujas de Salem, por ejemplo, fueron colgadas y no quemadas.

HalloweenManos13_1 ¿Siguen las brujas entre nosotros? Claro, están en todas partes y si uno se mueve con agilidad incluso puedes conseguir su favor para, a cambio de otro, facilitar el camino para conquistar un cuerpo dubitativo o para dañar a otro que realmente aborreces y que te apetece un montón hacerle daño. Cosas de humanos. Hoy en día la práctica de la brujería está en la wicca, que celebran reuniones llamadas sabbats o esbats, el 31 de octubre, cuando todos los demonios salen a pasear con la festividad de Halloween.

avatar mini2La sombra del testigo

 

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